Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
En un esfuerzo país y, gracias a la vocación que tiene nuestra sociedad de proteger la vida en todas sus etapas, el pasado 24 de diciembre de 2020 se inició el proceso de vacunación contra la enfermedad del COVID-19.
Nuestro llamado es para que estas vacunas lleguen a toda la población, especialmente iniciando por aquellas personas que están en condición de mayor vulnerabilidad. Que todo este proceso esté respaldado por la transparencia en el manejo de los recursos públicos y el compromiso de ir atendiendo a toda la sociedad, en la medida en que las posibilidades lo permitan.
Siempre tenemos un compromiso social y moral de cuidar unos de otros, de velar por nuestra salud y de la salud de los demás; pero debemos renovar e incrementar este compromiso en este tiempo en que la pandemia ha golpeado a todo el mundo.
Recientemente, en su Mensaje para Jornada Mundial de la Paz 2021, el Papa Francisco nos hizo un llamado a que vivamos «la cultura del cuidado, como compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos».
Por ese motivo, y en el momento que nos corresponda, estamos llamados a aplicarnos la vacuna, como lo explicó el pasado 21 de diciembre la Congregación para la Doctrina de la Fe: «la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común. Bien que, a falta de otros medios para detener o incluso prevenir la epidemia, puede hacer recomendable la vacunación, especialmente para proteger a los más débiles y más expuestos». Por consiguiente, desde nuestra fe cristiana, vacunarse es una responsabilidad moral y una exigencia de caridad.
Al mismo tiempo, ha de quedar claro que la vacunación no nos exime de nuestra responsabilidad para seguir cuidándonos mediante la prevención y cumpliendo las medidas sanitarias que son fundamentales para no propagar la enfermedad, como lo es el uso de la mascarilla, la aplicación de protocolos adecuados a la hora de toser y estornudar, el distanciamiento físico y el lavado constante de manos.
Asimismo, como también lo señala la Congregación para la Doctrina de la Fe, debemos cuidar de aquellos que, por razones médicas, no pueden ser vacunados.
Por tanto, les invitamos a poner en práctica esta cultura de cuidar unos de otros, para superar la pandemia a través de la prevención y de la vacunación. En este sentido y, de hecho, el Papa Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI, nos han dado ellos mismos el ejemplo al haberse vacunado el pasado 13 de enero.
En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 18 días del mes de enero del año del Señor 2021.
JOSÉ MANUEL GARITA HERRERA
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente
DANIEL FRANCISCO BLANCO MÉNDEZ
Obispo Auxiliar de San José
Secretario General