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La Navidad de siempre

(VIDEO) Mensaje de Mons. José Rafael Quirós Quirós , Arzobispo Metropolitano


Algunos titulares de medios de comunicación rezan así: "La Navidad este año genera más preocupación que ilusión", "Llega la navidad más diferente y más inoportuna", "Afrontamos con preocupación el período de Navidad", "La Navidad alarma entre los comerciantes ante la evolución del coronavirus". Esta perspectiva responde, desde luego, a una concepción "consumista" de la navidad en la que las fiestas, las cenas, el atiborramiento de centros comerciales, los regalos y la saturación vehicular, entre otras cosas, son los elementos que proporcionan el éxito en estas fechas.

Hay también un modo distante, y hasta apático, de vivir estas fiestas. Personas a las que les disgusta la Navidad y que, incluso, experimentan una mezcla profunda de tristeza y soledad, poniendo énfasis en las ausencias e ignorando a los seres queridos que ahora los acompañan. 

Aunque nos duela reconocerlo, "la mundanidad tomó de rehén a la navidad y nos hará bien dejar estas cosas para encontrar de nuevo en la sencillez del Niño Dios la paz, la alegría, el sentido de la vida".[1] Por ello, al preguntarnos ¿Cuál es el verdadero sentido de la Navidad? debemos volver la mirada a Jesús y sentir la esperanza y la paz que sólo Él nos ofrece.

Este es un tiempo para regocijarnos en el nacimiento de nuestro Salvador. Como a los pastores, se nos ha comunicado una gran noticia y nos ponemos en camino para hacer experiencia de encuentro con aquel que, "siendo rico, por nosotros se hizo pobre a fin de que nos enriqueciéramos con su pobreza."[2]

Como nos enseña el Papa Francisco, "ante la pandemia y sus consecuencias sociales, muchos corren el riesgo de perder la esperanza. En este tiempo de incertidumbre y de angustia, invito a todos a acoger el don de la esperanza que viene de Cristo".[3]

Desde luego, el Covid19 sigue siendo un peligro latente que nos obliga a asumir con responsabilidad el cuidado mutuo, alterando nuestras agendas que, a lo mejor, estarán mucho menos apretadas pues, también en esta época del año, la situacion sanitaria nos hará prescindir de algún desplazamiento o dejar de lado algunas de las actividades que acostumbramos hacer. A pesar de esto, la circunstancia de pandemia en la que nos encontramos no es impedimento para vivir plenamente la esencia de la navidad. 

En navidad celebramos que Dios está tan cercano que nos puede abrazar con su inmenso cariño y que ese amor se brinda, en particular, a los más débiles, a los que sufren y a los que necesitan consuelo. En la noche en que Jesús vino al mundo en la humildad de nuestra carne, Dios nos mostró su solidaridad sin reservas, para que nosotros, conscientes de las angustias que experimentan muchos hermanos, hagamos lo posible por comprenderlos, acompañarlos y ayudarles a enfrentar tantas dificultades.

Aun cuando, en esta noche, se nos pide poner en práctica la distancia física, nuestro corazón ha de estar atento y nuestras manos listas para vendar los corazones heridos, y que quienes han perdido a seres queridos, aquellos que perdieron su trabajo, los que están cada vez más hundidos en la pobreza, los adultos mayores, los niños y, en general, los más frágiles se sientan protegidos, amados y valorados en su inmensa dignidad.

"Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida."[4] Que esta Navidad reavive en cada uno de nosotros la voluntad de convertirnos en emisarios de la luz que Cristo ha traído al mundo. 

 

Deseo para todos muy Feliz Navidad




[1] Papa Francisco, Misa del Gallo, 25 de diciembre del 2016.

[2] II Corintios 8, 9 

[3] Papa Francisco, Catequesis "curar el mundo", 26 de agosto 2020.

[4] Juan 8,9