El árbol, de 30 metros de altura y 70 centímetros de diámetro, procede de la región de Ko evje en Eslovenia.
El Vaticano inauguró el pesebre y el árbol de Navidad de la Plaza de San Pedro, en una ceremonia encabezada por el presidente del Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, Cardenal Giuseppe Bertello; y el Secretario General del Gobernación, Mons. Fernando Vérgez Alzaga.
El árbol, de 30 metros de
altura y 70 centímetros de diámetro, procede de la región de Koevje en
Eslovenia.
El pesebre, por su parte, es
una monumental instalación que no deja indiferente a nadie. Originario de la
localidad de Castelli, en la región italiana de los Abruzos, está compuesto por
estatuas de cerámica de tamaño mayor al natural, alzadas sobre una plataforma
luminosa de casi 125 metros cuadrados que rodea el obelisco central de la Plaza.
En la mañana de este viernes 11
de diciembre, el Papa recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano a las
delegaciones de Eslovenia y de Castelli de Abruzos. Ante ellos señaló que el
árbol y el pesebre son "signo de esperanza para los romanos y para los peregrinos
que tengan la posibilidad de venir a admirarlo".
Explicó que "el árbol y el
pesebre ayudan a crear el clima navideño favorable para vivir con fe el
misterio del Nacimiento del Redentor. En el pesebre todo habla de la pobreza "buena", la pobreza evangélica que nos hace santos".
El Papa afirmó que "contemplando la Sagrada Familia y a los diferentes personajes, nos sentimos
atraídos por su humildad desarmada".
También señaló que ?la Virgen y
San José vinieron de Nazaret a Belén. Para ellos no había lugar, ni siquiera
una habitación; María escucha, observa y custodia todo en su corazón. José
busca un lugar que pueda adaptar para ella y para el Niño que está a punto de
nacer?.
"La fiesta de Navidad", recordó
el Santo Padre, "nos recuerda que Jesús es nuestra paz, nuestra alegría,
muestra fuerza y nuestro consuelo. Pero, para acoger estos dones de gracia, se
necesita sentirse pequeño, pobre y humilde como los personajes del pesebre".