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Iglesia

Que todos sean uno como Tú Padre, en mí y yo en Ti

Mensaje del Secretariado Episcopal de América Central

 

1.     Nosotros los Obispos de Centroamérica, unidos en "un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo" (Ef 4,5), hemos celebrado nuestra asamblea anual en la modalidad de videoconferencia y nos dirigimos anuestros pueblos deseándoles la paz de nuestro Señor Jesucristo. Hemos mantenido la unidad que no es "la simple asociación, terna de mera convivencia. Es la unidad en su forma más plena y perfecta la quenos es propuesta como ejemplo: la del Hijo con el Padre. Es unidad de amor, de comunicación, de entrega; unidad, en una palabra, afectiva y efectiva".

 

2.     El 15 de septiembre que recientemente hemos vivido, nos acerca al Bicentenario de la Independencia de nuestros países, es un acontecimiento en el que debemos de reflexionar, "un pueblo sin memoria no esun pueblo, olvida sus raíces, olvida su historia"; no podemos dejar pasar de largo este gran acontecimiento, por lo que instamos a las Conferencias Episcopales a que recojan la historia, la mediten, la transmitan, dando gracias por los logros, los avances, los aciertos y también aprender de los errores, para no convertirnos en "pueblos sin memoria, sin profecía y sin esperanza". Es precisamente esta memoria la que nos impulsa a creer en la necesidad de tener proyectos de nación en nuestros países.

 

3.     Hemos reflexionado en los dramáticos efectos, la "tragedia global" que marca la historia presente, en la que están sumergidos nuestros países como el resto del mundo, la pandemia del COVID 19. El dolor, la tristeza y la impotencia ante la enfermedad, ha herido nuestros corazones de pastores. La "hermana muerte",  ha tocado a sacerdotes, médicos, personal sanitario, familias; hemos llorado. En medio de nuestro llanto agradecemos desde lo más profundo del corazón a todos los hombres y mujeres del personal sanitario que se han puesto al servicio de salvaguardar la salud y la vida de nuestro prójimo, arriesgando las suyas, haciendo realidad concreta la fraternidad universal. También nuestras parroquias han sido afectadas, pero no han sido abandonadas ni por la Providencia ni por el pueblo fiel. En estos meses la caridad se ha hecho palpable en la población, pues han compartido lo mucho o poco de lo que tienen para vivir. En este encuentro hemos compartido la actuación de las Iglesias locales y con corazónde padres hemos orientado a nuestros fieles y a todo hombre de buena voluntad a vivir este tiempo con confianza, prudencia y aconsejando a cumplir las indicaciones de bioseguridad para proteger el don de lavida.

4.     En la actuación de los sistemas de salud, se ha puesto de manifiesto los aciertos y las deficiencias.Aunque compartimos las adversidades, reconocemos que tenemos brechas significativas entre países,algunos destacan por sus indicadores de salud, otros muestran un gran rezago en la atención pública y privada, en la cobertura de la seguridad social. A lo anterior sumamos la carencia de infraestructuras, equipamientos y personal médico y auxiliar. Con este lamento aún "podemos mirar a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, ante el miedo, han reaccionado dando la propia vida. Es la fuerza operante del Espíritu, derramada y plasmada en valientes y generosas entregas. /"/ tantos que comprendieron que nadie se salva solo. Frente al sufrimiento, donde se mide el verdadero desarrollo de nuestros pueblos".

 

5.     En medio de crisis políticas, falta de institucionalidad, pérdida de la democracia, autoritarismo, caudillismo, populismo, falta de un liderazgo que busque el bien común, se han agudizado nuestras ya empobrecidas economías, la grave progresión del desempleo ha provocado la propagación de la economía informal y el consecuente aumento de los índices de pobreza. Nos duele la migración, grandescaravanas de personas en búsqueda de un futuro mejor al que le pudiera ofrecer su propia tierra. Enalgunos de nuestros países vemos incrementada la delincuencia y el consecuente deterioro social. Es un deber de los gobiernos el caminar hacia el bien común que requiere la paz social, la estabilidad y seguridad, así como una firme mejoría de los sistemas económicos, de salud, tributarios, que beneficien a toda la población y no a unos pocos. Exhortamos a quienes tienen responsabilidades políticas a trabajar activamente en favor del respeto a la persona, a sus derechos básicos ordenados al desarrollointegral, al bienestar social y al principio de la subsidiariedad. Hacemos también especial referencia a la familia, célula básica de la sociedad7, la que debe protegerse y custodiarse.

 

6.     Nos ha consternado el dolor, miedo e incertidumbre vivido por muchísimos compatriotas afectados por los huracanes Eta e Iota. Nuestra Costa Caribe ha vivido dos terribles embates de la naturaleza, en el corto lapso de dos semanas, con pérdidas de vidas humanas, destrucción de infraestructuras, de hogares, desborde de ríos, deslaves, incomunicación, falta de agua potable y de víveres. Como amonesta el Papa Francisco: "Hemos fallado en nuestra responsabilidad como custodios administradores de la tierra. Basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro denuestra casa común. La hemos contaminado, la hemos saqueado, poniendo en peligro nuestra misma vida... No hay futuro para nosotros si destruimos el ambiente que nos sostiene". La tala indiscriminada de árboles y el robo de tierra a nativos de la zona han contribuido a destruir las defensas naturales.


7.     En nuestra reunión hemos valorado la vida y ministerio del sacerdote en nuestras Iglesias y sobre su formación en los seminarios; su entrega a Dios y a la familia es decisiva para animar y acompañar  el compromiso y esperanza que en la  actual situación pedimos    a nuestros fieles. Unido a su obispo, el sacerdote, hombre de Dios y del pueblo, camina con el rebaño del Señor que le ha sido confiado para cuidarlo hasta el punto de dar la vida por las ovejas a imitación de Cristo, (Cf. Jn10,11). Este pastoreoimplica estar atento a los signos de los tiempos, para discernir en los sufrimientos y esperanzas de la comunidad, la voluntad de Dios. Agradecemos a nuestros sacerdotes su trabajo, su entrega generosa, su esfuerzo y su sacrificio en favor del pueblo santo de Dios.

 

8.     En esta hora de la historia, constatamos la durísima realidad en la que viven las inmensas mayorías; esto no ha de robarnos la esperanza  en el Señor, que nos fortalece y anima. Dios no ha apartado la mirada de su pueblo, ni de su creación y nos trae como un memorial sus palabras: "con amor eterno te heamado" (Jr 31,3); Por eso, a pesar de las sombras, la confianza nos mantiene en pie. De ahí que dirigimos nuestra mirada al futuro inmediato, mediano y largo plazo y percibimos los retos, porquequeremos construir el presente con pasión y sabiduría y queremos hacernos eco de tantos caminos de esperanza, porque Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien.

 

9.     Trataremos de ser como el buen samaritano, una iglesia fraterna que carga sobre sí, el dolor del que sufre, a la vez que proclama con la fuerza del Espíritu Santo que está llamada a ser una Iglesia sanadoraante el que está herido en el camino de la vida. Cada día es una nueva oportunidad que nos exige ser activos y corresponsables para generar nuevos procesos y transformaciones de nuestra sociedadsufriente11.

 

10.  Las grandes dificultades, para la persona de fe son oportunidades para crecer en esperanza y caridad, y de esa manera santificarse y alcanzar el auténtico desarrollo de los pueblos. Animamos la creatividad digital principalmente de los jóvenes, a la vanguardia en la utilización de las nuevas tecnologías, y que han sido un valiosísimo apoyo para llevar a tantos hogares y familias la Celebración Eucarística, así como tantos momentos de oración, alabanza y adoración. Jóvenes, les impulsamos a continuar utilizando estas herramientas para la proclamación del Evangelio y sean ustedes esos influencer de Dios. La sociedad ya ha tenido mucho tiempo de degradación moral, burlándonos de la ética, de la bondad, de lafe, de la honestidad y llegó la hora de advertir que esa alegre superficialidad ha servido poco. Es urgentevolver a promover el bien, para nosotros mismos, nuestras sociedades y para toda la humanidad.


11.   El recuerdo de nuestro pasado y los retos del presente nos motivan a buscar nuestro futuro con esperanza cristiana. Si Dios falta, falta la esperanza. Al iniciar el Adviento elevamos nuestra mirada a Dios para clamar:

 

Señor, ven pronto, no tardes, te necesitamos. Nuestros pueblos te necesitan, la Iglesia tenecesita. Con tu presencia comprenderemos que los acontecimientos de cada día son gestos para llamar nuestra atención. Para decirnos que no te has retirado del mundo, que no nos ha dejado solos. Para decirnos que estás aquí y vienes a visitarnos de múltiples maneras. DulceMadre del Adviento te suplicamos por nuestros pueblos y ponemos en Tus Manos nuestro pasado, así como el presente y futuro, enséñanos a caminar con Cristo como Señor y Dios de nuestra historia.

 

Invocamos para nuestros pueblos la bendición de Dios por intercesión de nuestros mártires y santos.

 

Dado en San Salvador el 26 de noviembre de 2020

 

 

 

 Mons. José Luis Escobar Alas

Presidente del SEDAC


 Mons. Gregorio Cardenal Rosa Chávez

  Secretario General del SEDAC

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