Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
En tiempos en que la Pandemia generada por el COVID-19 está en aumento en muchas regiones del mundo, incluso en nuestro país, es momento de actuar con una mayor conciencia, de no bajar los brazos y de ser responsables con nuestras actitudes.
Costa Rica ha visto en los últimos días el aumento de casos, el crecimiento de hospitalizaciones y una mayor cantidad de personas en unidades de cuidados intensivos, las cuales están ante un inminente colapso. Asimismo, lamentablemente, las muertes diarias a causa de esta enfermedad están creciendo.
Sabemos que vivimos días de mayor apertura en distintos sectores y ámbitos del país, pues es necesaria la actividad económica y social. Sin embargo, este lapso de aperturas debe estar acompañado de mucha seriedad y responsabilidad por parte de todos. Debemos ser consecuentes en el cuidado que se nos pide tener.
Cada vez tenemos que ser más estrictos en el lavado de manos, en los protocolos para toser y estornudar, en el uso obligatorio de la mascarilla y en el distanciamiento físico. Salgamos a lo realmente necesario; si tenemos síntomas relacionados con el virus, debemos quedarnos en casa, para cuidarnos y cuidar de los demás.
Como pastores de la Iglesia, una vez más hacemos un llamado vehemente a toda la ciudadanía para evitar que las salas de los hospitales y las unidades de cuidados intensivos se saturen, impidiendo así el colapso del sistema de salud.
Nuestro país tiene en sus raíces los valores de una sociedad creyente, por ello necesitamos poner de nuestra parte, y clamar a Dios para que nos ayude a superar esta crisis.
En este sentido, recordemos las palabras del Papa Francisco del 27 de marzo pasado, en el momento extraordinario de oración para pedir por el fin de la Pandemia: «No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas. El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar».
Con esta conciencia y responsabilidad, cuidémonos entre todos, seamos solidarios y protejámonos. Con fe, esperanza y poniendo de nuestra parte, este duro momento pasará.
En la sede de la Conferencia Episcopal, San José, a los 24 días del mes de setiembre del año del Señor 2020, memoria de Nuestra Señora de las Mercedes.
JOSÉ MANUEL GARITA HERRERA
Obispo de Ciudad Quesada
Presidente
DANIEL FRANCISCO BLANCO MÉNDEZ
Obispo Auxiliar de San José
Secretario General