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Los retos de la Patria

Mons. José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo Metropolitano

 

Llegamos al mes de la Patria, llamado así por las múltiples celebraciones en torno al 15 de setiembre, fecha de la Independencia. Es un periodo del año en que se exalta e inculca, especialmente en las nuevas generaciones, el valor de la soberanía, de la libertad, de la paz y de la justicia, honrando a nuestros próceres y a aquellos costarricenses que han hecho grande a esta Nación. 

Esta vez, celebramos las fiestas patrias en un contexto de grave crisis sanitaria, social, económica y hasta de credibilidad. 

El Coronavirus ha potenciado esta crisis, pero, por mucho tiempo, hemos ignorado los llamados de alerta sobre la dimensión y profundidad de los problemas que agitaban a nuestra Costa Rica.  Simplemente, la pandemia del COVID-19 "ha desenmascarado nuestra vulnerabilidad y ha dejado al descubierto esas falsas seguridades en las que habíamos construido nuestras agendas, proyectos, rutinas y prioridades".[1]

Necesitamos una Costa Rica unida, sirviendo al bien común y respondiendo ante la emergencia sanitaria y las consecuencias sociales pero ese anhelo parece disiparse al constatar cómo los desafíos diariamente se acentúan. Hoy, la pobreza crece y se imposibilita a muchos el acceso a la nutrición apropiada y a servicios sociales básicos; los niveles de desigualdad aumentan mientras vemos con frustración la tasa de desempleo alcanzar su nivel histórico más alto.

A un año del bicentenario de nuestra "autodeterminación", nos encontramos, no con un programa conmemorativo, sino con una lista de pendientes, de retos y omisiones causantes de la actual crisis política y de institucionalidad que nos aqueja.

La institucionalidad y la solidez democrática de nuestro país están en riesgo y la tarea histórica que se nos presenta es muy difícil. Ante tal panorama nos preguntamos: ¿Podemos asegurar la coexistencia respetuosa y la estabilidad democrática en nuestro país? ¿Lograremos resolver a tiempo la crisis de la representatividad y la legitimidad de las instituciones que sostienen nuestro sistema? ¿Puede revertirse la desconfianza en las instituciones y en las autoridades? 

No podemos olvidar que parte importante de este paisaje sombrío lo compone la grave crisis política que experimentamos y que se evidencia en la indignación de la población hacia este sector que, a pesar de conocer los sufrimientos del pueblo parece no asumirlo con empatía, austeridad ni transparencia. Este es el tiempo perfecto para demostrar que el servicio público es eso, poner en práctica la voación de servicio. 

Hoy, más que nunca, construir patria es vivir en fraternidad y solidaridad, desde todas las estructuras y formas de poder, asumiendo la lucha incansable por la justicia social y por la dignidad de todas las personas, especialmente aquellas en condición de pobreza, los desplazados y descartados por la sociedad. El sacrificio es de todos, esta exigencia éticamente es impostergable.

Urge un verdadero pacto social en el que todos puedan tener la oportunidad de aportar pues "el derecho al futuro es también un derecho humano".[2]

Sin ese "pacto social" entre las autoridades políticas y sectores representativos de la sociedad, será difícil un "proyecto país" que garantice una salida adecuada, integral y común a la crisis. Son muchas e importantes las iniciativas que surgen desde las organizaciones y los movimientos sociales en defensa de la vida, la salud, los ingresos y el empleo que se estrellan ante un Gobierno que en apariencia no atiende sugerencias y se guía por su propio modelo ideológico y programático.

No es tiempo de defender intereses de sectores, partidos o gremios. Costa Rica está primero.

Que el Príncipe del verdadero amor y de la justicia reine en el corazón de todos quienes vivimos en esta hermosa Patria.

 

 

 



[1] Papa Francisco, bendición Urbe et Orbe, 15 de marzo 2020

[2] Papa Francisco, Panamá, 24 de enero del 2019