Santo Padre: "No podemos imaginar el infierno que viven"
El Papa hizo una pequeña pausa a sus vacaciones para recordar con esta misa el séptimo aniversario de su visita a Lampedusa, en el sur de Italia.
Allí llegan cada año miles de migrantes que escapan de la violencia, la guerra y la trata.
Francisco alzó de nuevo la voz contra la "cultura de la indiferencia".
Recordó con lástima que un refugiado le contó su periplo, pero su traductor le daba una versión destilada de la tragedia.
En su homilía ante un pequeño grupo de empleados de la Sección de Migrantes y Refugiados del Vaticano, el Papa recordó que el encuentro con el otro es también un encuentro con Jesús.
Precisamente invitó a leer con atención esa frase de Jesús para hacer un examen de conciencia ante el drama que viven millones de migrantes que escapan de la violencia en todo el mundo.