(VIDEO) Mensaje de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

En ocasión del «Día Internacional de la Familia», que se celebra el 15 de mayo de cada año; como Pastores de la Iglesia manifestamos nuestra alegría en constatar la importancia que la comunidad internacional confiere a las familias y su preocupación en cuanto a su situación en todo el mundo, porque la familia ha sido, es y será siempre ese lugar de crecimiento, donde encontramos protección y seguridad; ella es indispensable para la serenidad de toda persona humana.[1] Aprovechamos esta fecha para llegar a cada hogar costarricense con el deseo de orientar su ser y quehacer desde el Evangelio y el Magisterio, y para seguir acompañando a la familia en medio de la actual crisis sanitaria debido al Covid-19.

1. «Familia sé lo que eres»[2].  Reafirmamos el aprecio que todos debemos tener por la familia humana que es imagen fundamental del amor de la Familia Trinitaria; esa imagen alcanza su mayor expresión en la voluntad del Creador que ha llamadoal hombre a dejar a su padre y a su madre para unirse a su esposa y así sean los dos un solo ser[3].  El matrimonio entre varón y mujer es un gran misterio y es sacramento del amor de Cristo por la Iglesia.[4] Así, el amor es vocación fundamental e innata de todo ser humano y fundamento del matrimonio y la familia, plan impreso como ley en la misma naturaleza humana.  Este designio del Creador en el principio se ha visto truncado, no pocas veces por las estructuras de injusticia y de pecado que dan como resultado familias en pobreza extrema, con un solo padre o madre a cargo de los hijos y hasta abuelos a cargo de los nietos, entre otras realidades desafiantes.

2. «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra?»[5] «La fecundidad es un fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende naturalmente a ser fecundo»[6]. Por esa razón, los hijos no se hacen ni se producen sino que se procrean en la intimidad del amor heterosexual[7]. «Sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la  fecundidad»[8].  La Iglesia sigue enseñando la necesaria apertura a la vida de la pareja humana, que se manifiesta en la concepción de hijos e hijas como un don de Dios a la pareja y toda la humanidad. Sin embargo acompaña aquellas parejas que no han podido procrear hijos propios y les llama a ser fecundos en muchos otros campos, sin excluir la laudable decisión de adoptar niños o jóvenes necesitados del amor paternal.

3. «La familia es una comunidad de personas, la célula social más pequeña y, como tal, es una institución fundamental para la vida de toda sociedad»[9].  Éste es el fundamento antropológico por el cual la sociedad, el Estado y las Organizaciones Internacionales, deben proteger la familia con medidas de carácter político, económico, social y jurídico, que contribuyan a consolidar su unidad y su estabilidad para que pueda cumplir su función específica[10]. El Papa San Juan Pablo II advierte que «¡Ninguna sociedad humana puede correr el riesgo del permisivismo en cuestiones de fondo relacionadas con la esencia del matrimonio y de la familia!  Semejante permisivismo moral llega a perjudicar las auténticas exigencias de paz y de comunión entre los hombres.  Así se comprende por qué la Iglesia defiende con energía la identidad de la familia y exhorta a las instituciones competentes, especialmente a los responsables de la política, así como a las organizaciones internacionales, a no caer en la tentación de una aparente y falsa modernidad»[11].

4. «La ideología de género niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer y vacía el fundamento antropológico de la familia»[12]. Lamentablemente constatamos que esta ideología cada vez más gana terreno en nuestro país.  Esta colonización ideológica «desprestigia el valor de la persona, la vida, el matrimonio y la familia y dañan, con propuestas alienantes, especialmente a nuestros jóvenes dejándolos desprovistos de raíces para crecer»[13]. «Ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad»[14].

5. «La familia se considera desde siempre como el "hospital" más cercano, donde gracias a sus cuidados amorosos, se garantiza al enfermo, y a todos sus miembros, la atención y ayuda necesaria»[15].  Ésta es una realidad que se ha confirmado durante la pandemia del Covid-19.  Como Pastores queremos solidarizarnos con todas las familias costarricenses que están sufriendo a causa de la actual crisis sanitaria.  Además destacamos cómo se ha hecho patente la importancia, en toda sociedad, de la presencia de familias solidarias que se convierten en «buenos samaritanos» de aquellas familias que han sido más vulnerables ante esta pandemia.  A través de la acción de la Pastoral Social ? Cáritas de Costa Rica y de los diferentes equipos parroquiales que trabajan esta área, constatamos el espíritu solidario de esas familias que en medio de esta crisis sanitaria ha querido comulgar a Cristo compartiendo lo que tienen con los más necesitados.  Alentamos a las familias que están luchando por mantenerse unidas en el amor, fortalecidas en la oración y como transmisoras de los más altos valores humanos y cristianos.

Que sea la Santísima Virgen María, Reina y Señora de los Ángeles, la que nos mantenga en la esperanza de que el mejor vino está por venir porque ante el Señor están presentes las necesidades de cada familia y no se desatiende de ella porque es la obra maravillosa de su creación[16].  Y el Señor nunca abandona la obra de sus manos[17].

Dado en San José, a los quince días del mes de mayo del año del Señor dos mil veinte, Día Internacional de la Familia,

+José Rafael Quirós Quirós

Arzobispo Metropolitano de San José

Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+Gabriel Enrique Montero Umaña

Obispo de San Isidro de El General

Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+Javier Román Arias

Obispo de Limón

Secretario General de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+José Manuel Garita Herrera

Obispo de Ciudad Quesada

Tesorero de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+Óscar Fernández Guillén

Obispo de Puntarenas

+Manuel Eugenio Salazar Mora

Obispo de Tilarán-Liberia

+Mario Enrique Quirós Quirós

Obispo de Cartago 

+Bartolomé Buigues Oller

Obispo de Alajuela

+ Daniel Francisco Blanco Méndez

Obispo Auxiliar de San José