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San Isidro Labrador: ruega por los agricultores

+José Rafael Quirós Quirós Arzobispo de San José

Hoy, cuando muchas de nuestras comunidades celebran la fiesta de san Isidro Labrador, envío un saludo especial y un sincero agradecimiento a todos los agricultores, y a sus familias, por procurar con esfuerzo y constancia, que el alimento llegue a nuestras mesas.

Por ello, elevo mi oración a Dios por todos ustedes que experimentan momentos de dificultad, ahora agravados por el temporal que nos presenta la Pandemia. Sé que la incertidumbre y la pobreza ha tocado a la puerta de muchos agricultores; algunos experimentan la amenaza del remate de sus terrenos y sus viviendas y otros, la inseguridad de las condiciones de producción y comercialización agropecuarias en nuestro país.

No dejo de pensar en los rostros de muchos campesinos y agricultoras que se encuentran en la desesperación a propósito del coronavirus y más aún, por la carencia de políticas públicas que favorezca con justicia al productor nacional, tal como,en diversidad de ocasiones, me lo han expresado muchos de ustedes. 

La economía de mercado no ha favorecido precios justos al esfuerzo nacional y al labrador de la tierra. Las relaciones comerciales internas y externas del país estimularon la importación de productos agrícolas, saturando el mercado de oferta y demanda. Como nos dice el Papa Francisco, en un momento en que la crisis económica derivada de la pandemia impacta sobre todo en los más pobres de la sociedad, y "la gran mayoría son pobres víctimas de las políticas financieras y económicas",[1]es hora de replantearnos el rumbo.

La seguridad alimentaria de los costarricenses dependerá en gran medida del esfuerzo de siembra en estos días.  En tiempos del covid-19 se incrementa la posibilidad de no poder importar productos básicos para el consumidor pues es obvio que los países productores preferirán abastecer a sus pobladores.

Desde hace tiempos, el sector agropecuario está clamando por un modelo de desarrollo más justo y equitativo. Urge la reactivación económica para la producción nacional, con políticas estatales que garanticen la seguridad alimentaria en mención.  Hay que estimular al pequeño productor mediante la capacitación técnica, el financiamiento, los insumos agrícolas, entre otros. 

Es tiempo de proponerse una campaña nacional para consumir lo que nuestros agricultores producen, desde un compromiso patriótico. Reactivar instituciones estatales que anteriormente estaban al lado del pequeño productor y hoy brillan por su ausencia.

Es tiempo quenuestros agricultores sean escuchados, pero en ?diálogos? efectivos y no por mero trámite.

Cómo lo expresé el pasado 1° de mayo: ¿Cómo reactivar los sectores agropecuarios que reclaman con urgencia el financiamiento de sus actividades para contribuir con la seguridad alimentaria y el trato justo en la relación costo-beneficio? Pues se requiere de acciones y de voluntad política para favorecer la producción nacional y la justa comercialización en este momento de crisis que nos corresponde afrontar. Ya basta del olvido de este sector, sobre todo de los pequeños.

Considero que urge, desde los mismos sectores y movimientos sociales, establecer redes de producción y comercialización desde una economía social y solidaria. La unión y el encadenamiento de diversos sectores productivos será una estrategia para responder a la incertidumbre del sector agropecuario desde una dinámica que busque el bien común y la solidaridad. 

Un buen ejemplo de esta solidaridad lo está dando la Diócesis de Cartago en este día, con acciones concretas a través de pastoral social,poniendo los productos en línea y favoreciendo, especialmente, a nuestros afectados floricultores.

Por eso ruego a San Isidro, santo patrono de los agricultores, interceda ante la fuente de toda justicia, por todos aquellos que se confían en su protección. 

San Isidro Labrador, ruega por nosotros.

 

 



[1]Papa Francisco, 6 de abril del 2020