Mons. José Rafael Quirós Quirós Arzobispo de San José
En medio de la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19, se advierte una crisis económica y social que alcanzará a todos. Los capitales acumulados por pocos se derrumban y el orden mundial de la economía se tambalea. El orgullo del poderío humano con sus rascacielos y torres se ha derrumbado, sus ideologías y manipulación del pensamiento no tienen palabra, se ha demostrado que el egoísmo, individualismo e insolidaridad no eran el camino.
Todo esto tendrá sus efectos devastadores en lo económico y financiero para todos, pero de manera especial, para la población más vulnerable y empobrecida de nuestra nación; pienso en el más de un millón de nuestros hermanos que sufren de pobreza o pobreza extrema. «Como nunca antes en la historia, el destino común nos hace un llamado a buscar un nuevo comienzo [...] Que el nuestro sea un tiempo que se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida» [1]
Es el momento que la ?Política? con mayúscula y que los políticos respondan creativamente, con innovaciones y cambios estructurales a los retos del presente. Recordemos que la política es la forma más exigente de la caridad. Con mucha sabiduría San Juan Pablo II llamaba la atención a no reducir la política a ?pura mediación de intereses o, lo que es aún peor, a una cuestión de demagogia o de cálculos electorales?. Esto aplica en todo tiempo y más en el momento que vivimos.
Este tiempo exige que las decisiones políticas y económicas, tengan un soporte ético y moral, porque todo se dirige al ser humano, y a seres humanos concretos, a los que se debe respetar en su dignidad. Con toda claridad lo afirma el Papa Francisco "Espero que este momento de peligro nos saque del piloto automático, sacuda nuestras conciencias dormidas y permita una conversión humanista y ecológica que termine con la idolatría del dinero y ponga la dignidad y la vida en el centro. Nuestra civilización, tan competitiva e individualista, con sus ritmos frenéticos de producción y consumo, sus lujos excesivos y ganancias desmedidas para pocos, necesita bajar un cambio, repensarse, regenerarse". (Papa Francisco, Domingo de Resurrección 2020)
Siendo que para las personas sin empleo y en la informalidad la situación se agrava, agregándose muchos más a esta población a consecuencia de esta emergencia ¿Cómo superar los altos índices de desempleo e informalidad?
Asimismo, se requiere de acciones y de voluntad política para favorecer la producción agrícola nacional y la justa comercialización en este momento de crisis. ¿Cómo reactivar los sectores agropecuarios que reclaman con urgencia el financiamiento de sus actividades para contribuir con la seguridad alimentaria y el trato justo en la relación costo-beneficio?
Además, pregunto: ¿Cómo el Estado pagará la deuda para el financiamiento de la CCSS y cómo superar la mora de la cuota de algunos patronos? ¿Cuál estrategia emplear para responder al hecho de las personas en situación de calle? ¿Cómo evitar la evasión y elusión fiscal, especialmente de los sectores que económicamente más poseen?
Esperamos que la "nueva normalidad" busque otros ideales fundacionales, con una política que busque una mejor distribución de la riqueza que nos permita encaminarnos hacia una Costa Rica más equitativa y solidaria.
Responder con eficiencia y eficacia a estas interrogantes no es tarea fácil, ni exclusividad de los políticos, sino que la respuesta corresponde a todos y para ello, hay necesidad de establecer un pacto social, donde hagamos ejercicio de una democracia activa y participativa.
Será abriéndonos al amor transformador del Señor como saldremos adelante todos.