Diócesis de Limón peregrinó hasta la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles
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Monseñor
Román denuncia normalización de diferentes tipos de violencia.
David
Mora, periodista
En
el segundo día de la novena en honor a Nuestra Señora de los Ángeles, la Diócesis
de Limón realizó su peregrinación hacia Cartago este jueves 24 de julio. Una
diócesis que enfrenta retos de evangelización en medio de la necesidad y pocas
vocaciones sacerdotales.
La
Diócesis de Limón está conformada por 16 parroquias, en una extensión de 9500
kilómetros cuadrados para una población 450000 habitantes. En declaraciones a
Radio Fides, el vicario de Pastoral de esta diócesis, el Padre Luis Aguilar,
explicó que a inicios de 2025 ingresaron cinco jóvenes al seminario, luego de
seis años en los que ningún joven de Limón optaba por discernir una posible
vocación al presbiterado.
"Yo
creo que no es que no hay vocaciones, es que no hemos sabido llegar a ellos a
ayudarles a descubrir si Dios los llama a una vocación especial, todos estamos
llamados a una vocación; ya sea sacerdotal, laical, matrimonial, muy importante
porque si no hay familias no hay vocaciones al sacerdocio. Queremos vocaciones
nativas de Limón, nuestro clero diocesano es de sacerdotes que han venido de
otras diócesis y otros países sí tenemos sacerdotes nativos, pero queremos más",
manifestó el clérigo.
Limón
es una provincia donde predomina la cultura afrodescendiente, y esto se ve reflejado
en la Pastoral Afro, la que se encarga de realizar Misas bilingües, también han
estado involucrados en la confección de los vestidos que se colocarán a "La
Negrita" el 1 de agosto, además trabajan en el diálogo con cristianos de otras
denominaciones no católicas, entre ellos los anglicanos y pastores evangélicos.
Al
llegar a la Basílica, se celebró la Santa Misa a las 11 de la mañana, esta fue
presidida por el obispo de Limón y presidente de la Conferencia Episcopal de
Costa Rica (CECOR), Monseñor Javier Román Arias; le acompañaron como
concelebrantes el obispo de Cartago, Monseñor Mario Quirós, y el obispo emérito
de ambas diócesis, Monseñor José Francisco Ulloa.
Durante
su homilía, Monseñor Román manifestó que en Limón hay más hechos positivos que
negativos, pero denunció una normalización de la violencia a nivel nacional.
"Venimos
a levantar la voz, nuestra tierra está herida, Costa Rica está enferma, la
violencia nos carcome, la corrupción ha echado raíces profundas, el narcotráfico
se ha apoderado de nuestras calles, de nuestras comunidades y se lleva por
delante la vida de nuestros jóvenes. La política ha dejado de mirar al pueblo y
se ha vuelto un juego de intereses y egoísmos, las redes sociales se han
llenado de odio, insultos y deshumanización, la mentira, la división y el
irrespeto se han vuelto costumbre, la indiferencia es quizás el peor pecado de
nuestro tiempo y nos vuelve ciegos ante el dolor de los demás...Ya no somos ese
país tranquilo donde nuestros niños, jóvenes y adultos podían transitar sin
miedo por las calles, ¿y qué decir de tantos adultos mayores que después de
toda una vida de trabajo y sacrificio tienen que sobrevivir con pensiones
indignas?", expresó el obispo limonense.
El
presidente de la CECOR recordó que se está viendo el Año Jubilar de la
Esperanza, y manifestó que es posible un mundo mejor gracias al servicio
desinteresado de muchas personas, destacó que muchas de estas "no se denominan
religiosas, pero que viven el evangelio mejor que nosotros", mencionó que "esta
es la prueba de que Dios no se ha ido y que aún es posible otro país", pero "las
cosas no caen del cielo", por lo que es necesario actuar.
"Rechacemos
el dinero fácil, la corrupción silenciosa, la comodidad egoísta, evitemos
ambientes y personas que nos conducen al pecado y a la indiferencia, seamos
trabajadores honestos y ciudadanos fieles, ciudadanos comprometidos, ofrezcamos
nuestros talentos a la misión de la Iglesia y del país, cuidemos la creación,
la casa común que Dios nos ha confiado, busquemos el diálogo como el camino de
la paz, no podemos alabar a Dios mientras despreciamos al hermano", exhortó el
obispo.
Al
finalizar la Santa Misa, los fieles junto al clero veneraron a la Sagrada
Imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, durante la entonación, Monseñor Román
incensó a "La Negrita" y le colocó un cofre con intenciones escritas que se
recolectaron durante su visita a Limón el pasado 28 de junio.