Cuarto día
El
misterio pascual: la encarnación, pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Lecturas
de las Escrituras: Éxodo 3,7-8., Salmo 16, 5.10-11., Filipenses 2,5-11.
Para
reflexionar:
1. Sabemos que todos moriremos. ¿Cómo
cambia la creencia en Jesús, que destruye la muerte, el modo en que abordamos
la realidad de la muerte?
2. "Dios se deja empujar fuera del mundo en
la cruz. Él es débil e impotente en el mundo, y esa es precisamente la manera,
la única manera, en la que está con nosotros y nos ayuda". (Dietrich
Bonhoeffer).
3. Como resucitado, Jesús está con nosotros
hasta el fin de los tiempos. ¿De qué manera te anima su compañía en tu vida
diaria?
Oración:
R.
Gloria y alabanza a ti, oh, Señor.
Bendito
seas, oh, Cristo, primogénito de toda la creación: coronado de gloria y honor.
R.
En
tu nombre se doblará toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo, y
toda lengua proclamará que tú eres el Señor. R.
Alegrémonos
y cantemos alabanzas a ti, oh Cristo, amado Hijo del Padre: tú eres el
Resucitado, nos llamas a vivir en ti. R.
Te
adoramos, te glorificamos, porque tú eres rey de reyes y Señor de señores: has
que es abierto para nosotros el reino de los cielos. R.
Te
damos gracias en todo momento y bendecimos tu nombre: tú estás con nosotros
siempre, hasta el fin del mundo. R.
Oremos:
Señor,
Dios nuestro, al glorificar a tu Hijo Jesús, nos has librado de la muerte. Por
su resurrección, despierta nuestros corazones adormilados, ilumina a todos los
que te buscan y haz que la estrella de la mañana brille sobre nosotros, que es
Jesucristo, el Viviente, Señor por los siglos de los siglos. Amén.