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Papa

León XVI explica por qué tomó este nombre

Prevost se inspiró en el legado social de León XIII

·         ¿Por qué el Papa cambia su nombre al ser elegido?

 

David Mora, periodista

Este sábado 10 de mayo, en el Aula del Sínodo, León XIV recibió a los miembros del colegio cardenalicio por primera vez, donde aprovechó para explicar por qué tomó su nombre al ser elegido. Contó que lo hizo inspirado en el legado social del Papa León XIII con su encíclica "Rerum Novarum", donde afrontó la primera revolución industrial.

León XIV explicó que "hoy la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo".

El Papa explicó que León XIII, que gobernó a la Iglesia de 1878 a 1903, fue un puente entre el pasado y el presente, por lo que quiere que su pontificado se base en la verdad, la justicia, la paz y la fraternidad; que son los "principios del Evangelio que siempre han animado e inspirado la vida y la obra de la familia de Dios".

Prevost recordó la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, del Papa Francisco, manifestando que esta fue la que dirigió los puntos clave del pontificado de su predecesor: "El retorno al primado de Cristo en el anuncio, la conversión misionera de toda la comunidad cristiana, el crecimiento de la colegialidad y de la sinodalidad, la atención al sensus fidei, especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular; el cuidado amoroso de los últimos y descartados; el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diversos componentes y realidades".

La tradición de que el Papa recién elegido escoja un nombre data del siglo VI, cuando el Papa Juan II, en el año 533, decidió apropiado cambiar su nombre debido a que se llamaba Mercurius, y no lo vio apropiado por ser el título de un dios pagano.

A pesar de esta decisión, los Papas siguieron llevando su nombre de pila, luego se volvió una costumbre. El último que continuó con su nombre de pila fue Marcelo II, en el año 1555.

Aunque no existen criterios oficiales para que el neopontífice elija su nombre, este suele marcar la línea de su papado e incluso puede honrar a sus predecesores. En el caso de Juan Pablo I, Luciani quiso honrar a Juan XXIII; quien lo hizo obispo, y a Pablo VI, que lo creó cardenal; en el caso de Juan Pablo II, Wojtyla homenajeó a su predecesor; en el caso de Benedicto XVI, Ratzinger lo hizo para honrar a Benedictoi XV, quien dirigió a la Iglesia durante la Primera Guerra Mundial; y Francisco lo hizo inspirado en San Francisco de Asís, porque el Cardenal Claudio Hummes le pidió que no se olvidara de los pobres.

 

Fuentes: Vatican News y ACI Prensa.