Responsive image

Obispo Auxiliar

Escuchar, conocer y seguir al Pastor

Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San José

La Iglesia sigue recorriendo el camino pascual con alegría y esperanza, porque conmemoramos que Cristo Resucitado nos ha unido a su victoria sobre el pecado y sobre la muerte, para que también nosotros participemos de la gloria de la eternidad

Este camino lo realizamos en un año cargado de acontecimientos que nos llenan de esperanza como lo es el jubileo ordinario y la elección de un nuevo obispo de Roma, como pastor de la Iglesia Universal.

Este domingo, como cada año durante al iniciar la cuarta semna de la Pascua, se ha proclamado un fragmento del capítulo X del Evangelio de San Juan, en el cual Jesús se presenta a sí mismo como Buen Pastor.

Este año escuchamos la última parte de este discurso.  Y en esos pocos versículos, Jesús indica que Él es Buen Pastor porque Él conoce a sus ovejas y sus ovejas lo escuchan y lo siguen y, además, es Buen Pastor, porque Él dará la vida eterna a su rebaño.

Con respecto a los verbos utilizados por Jesús en esta predicación, escuchar, conocer y seguir el querido y recordado papa Francisco manifestaba que el verbo escuchar recuerda que «La iniciativa viene siempre del Señor; todo parte de su gracia: es Él que nos llama a la comunión con Él. Pero esta comunión nace si nosotros nos abrimos a la escucha; si permanecemos sordos no nos puede dar esta comunión. Abrirse a la escucha porque escuchar significa disponibilidad, significa docilidad, significa tiempo dedicado al diálogo [?] Él conoce a sus ovejas. Pero esto no significa solo que sabe muchas cosas sobre nosotros: conocer en sentido bíblico quiere decir también amar. Quiere decir que el Señor, mientras ?nos lee dentro?, nos quiere, no nos condena. Si le escuchamos, descubrimos esto, que el Señor nos ama [?] el tercer verbo. Las ovejas que escuchan y saben que son conocidas siguen: escuchan, se sienten conocidas por el Señor y siguen al Señor, que es su pastor. Y quien sigue a Cristo, ¿qué hace? Va donde va Él, por el mismo camino, en la misma dirección. Va a buscar a quien está perdido (cfr. Lc. 15,4), se interesa por quien está lejos, se toma en serio las situaciones de quien sufre, sabe llorar con quien llora, tiende la mano al prójimo, se lo carga sobre los hombros» (08.05.2022).

Por tanto, es posible afirmar que Cristo es Buen Pastor porque ese conocimiento de las ovejas, signo de su ternura y predilección, es reflejo de su amor por su rebaño que lo escucha y lo sigue, y este amor es tan grande, que al afirmar también que dará a este rebaño la vida eterna, está anunciando la entrega de su propia vida en la cruz, acción que precisamente ha dado la salvación y la eternidad a todo el género humano.

Porque, como nos ha recordado el libro del Apocalipsis en la segunda lectura, la muchedumbre incontable, de todas razas, naciones y lenguas está delante del trono de Dios y por tanto entra a participar de la misma vida de Dios, justamente porque ha lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero Inmolado y, este mismo pasaje de la Escritura, anunciará, clara y hermosamente, que este Cordero será el pastor que conducirá, a esta muchedumbre, a las fuentes del agua de la vida y al lugar donde Dios enjugará sus ojos de toda lágrima.

Saberse amado por Dios, de esta forma tan radical, permite al rebaño escuchar y fiarse totalmente de su Pastor y por tanto, seguirlo.  Y seguir a Cristo, implica, por tanto, tener ese convencimiento de saberse amado y salvado por el Buen Pastor.  Convicción que no se esconde o disimula, al contrario, saberse amado y redimido, lleva a un gozo tal, que se anuncia y se comparte, aunque existan dificultades, porque eso significa el seguimiento de Cristo.

De esto dan ejemplo Pablo y Bernabé, como lo narraba la primera lectura, porque convencidos de la verdad de la salvación, realizan su primer viaje apostólico, anunciando a Jesucristo y su salvación, precisamente a esa muchedumbre inmensa que recordaba el apocalipsis, es decir, la predicación de Pablo y Bernabé se da en medio de pueblos, considerados paganos, porque, ellos tienen claro, que Cristo, el Señor, ha hecho de toda la humanidad, un único rebaño, sin distinciones de ningún tipo.

Esa predicación, conlleva para Pablo y Bernabé, distintas dificultades.  La lectura narra su expulsión de Antioquía y las injurias que se levantaron contra ellos.  Pero esta situación, humanamente difícil, es signo de la configuración de los apóstoles con Cristo Buen Pastor, ellos y sus sucesores, deben anunciar el evangelio y ser cercanos al rebaño, del mismo modo que lo ha hecho Jesucristo, conscientes de que el Padre, sacará bendición de las situaciones difíciles que se van presentando, tal como hizo con la cruz de su Unigénito, de la cual sacó redención para toda la humanidad.

Ejemplo de esto, es que la persecución en contra de Pablo y Bernabé será motivo, para seguir llevando el mensaje de Cristo a todas las latitudes y que la verdad del evangelio sea conocida hasta los confines del mundo, porque el que resucitó a Jesús de entre los muertos, hace que todo sirva para el bien de aquellos que lo aman.

Por eso, en este domingo del Buen Pastor, que pedimos siempre por quienes hemos sido llamados a servir como pastores en la Iglesia, oremos de manera particular por nuestro nuevo papa León XIV, para que ejerza su ministerio petrino configurándose con Cristo Pastor, así como lo hicieron los primeros apóstoles, para que conozca, como Cristo, al rebaño, es decir para que lo ame con predilección y ternura y para que con fidelidad, anuncie la verdad del evangelio, aún en medio de las dificultades y las persecuciones, convencido de que la misma fuerza del Espíritu que levantó a Jesús del sepulcro, es la que hará dar fruto al ministerio que inicia en favor de la Iglesia Universal y del mundo entero.

Y pidamos que el Señor, sigua enviando muchos pastores santos para que, en su nombre, como hemos pedido en la oración colecta, guíen al rebaño a gozar de las alegrías celestiales donde nos precedió nuestro glorioso Pastor.