Liturgia de la Pasión del Señor
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En
la cruz está la esperanza que no defrauda.
David
Mora, periodista
Al
atardecer de este 18 de abril. Viernes Santo, cientos de fieles se acercaron a
la Catedral Metropolitana Santuario Nacional San José para vivir la Liturgia de
la Pasión del Señor, donde todos adoran la cruz "donde estuvo clavado el
Salvador del mundo".
Esta
celebración litúrgica, propia del primer día del Triduo Pascual, tiene la
característica del silencio contemplativo, es por eso que los sacerdotes la
inician postrándose rostro en tierra, para luego iniciar la Liturgia de la Palabra,
en la que se proclamó la Pasión de Cristo según el evangelista San Juan, esta
lectura permanece todos los años por ser el apóstol que atestiguó de primera mano
los padecimientos de Jesús.
La
liturgia fue presidida por el arzobispo metropolitano de San José, Monseñor
José Rafael Quirós; acompañado por el obispo auxiliar de la Arquidiócesis,
Monseñor Daniel Blanco; y el prefecto de la Catedral Metropolitana, el Padre
German Rodríguez.
La
homilía fue pronunciada por Monseñor Blanco, quien enfatizó que Cristo es la
esperanza que no defrauda, tal como se ha dicho en el Año Jubilar 2025.
"Este
trono de gloria desde el cual nace y se funda la esperanza cristiana es la
prueba tangible de que Dios hace maravillas, incluso de lo que humanamente
parece dolor y fracaso. Que a la luz de esta palabra proclamada, nos llenemos
de esta esperanza que no defrauda, porque lo primero que vemos reflejado en la Cruz
de Cristo, es el amor y la misericordia de Dios Padre con nosotros y para con
toda la humanidad", manifestó el obispo auxiliar.
La
celebración continuó con la Oración Universal de los Fieles, propia del Viernes
Santo, en la que se pide por todos aquellos que han sido la causa de la muerte
de Cristo; por ello se pide por toda la Iglesia, el Papa, los obispos, sacerdotes,
la unidad de los cristianos, los judíos, los que no creen en Jesucristo, los
que no creen en Dios y los atribulados.
Luego
se continuó con la adoración de la Santa Cruz, donde todos los fieles tocan el
signo de la salvación, la cual queda expuesta en el altar hasta antes de la Vigilia
Pascual. La celebración culminó con la recepción de la Sagrada Comunión, que
fue reservada la noche del Jueves Santo en la Misa Vespertina de la Cena del
Señor.
Minutos
después de haber culminado la liturgia, comenzó la Procesión del Santo
Entierro, que recorrió el centro de San José y regresó a la Catedral
Metropolitana, finalizando minutos antes de las 8 de la noche.