Católicos, ortodoxos y luteranos estuvieron presentes
·
Una "partitura de fe".
David
Mora, periodista
Con
motivo de la fiesta de San Enrique, este lunes 20 de enero el Papa Francisco tuvo
una audiencia en el Palacio Apostólico con una delegación ecuménica de
Finlandia. En la reunión estuvieron presentes cristianos católicos, ortodoxos y
luteranos.
Cada
denominación religiosa estuvo representada por un líder: Los católicos por el
Papa Francisco; los ortodoxos por su nuevo jefe en la Iglesia finlandesa, el
arzobispo Elías de Helsinki y el obispo Raimo Goyarrola, y el obispo luterano
Matti Salomaki.
La
reunión se dio por una invitación del obispo de Roma a estas comunidades para
que peregrinaran a la "ciudad eterna" con motivo del Año Santo, en donde recordó
que la vocación ecuménica de los cristianos es "dar testimonio de Dios" y la
importancia de "no dejar de elevar nuestras oraciones por el don de la paz, tan
precioso como frágil".
"En
este camino de fe nos lo confirma la Carta a los Hebreos que dice: "Mantengamos
sin vacilar la profesión de nuestra esperanza, porque el que prometió es digno
de fe"...San Enrique es un símbolo de la unidad dada por Dios, porque su fiesta
sigue uniendo a cristianos de distintas Iglesias y comunidades eclesiales para
alabar juntos al Señor. El hecho de que su peregrinación a Roma esté acompañada
por coros que honran con su música al Dios Trino es un hermoso signo de ecumenismo
doxológico. Gracias al coro. ¡Gracias a ustedes! Quien canta reza dos veces",
expresó el Santo Padre.
Con
la idea de una melodía, Francisco mencionó que el Credo Nicenoconstantinopolitano
es toda una "partitura de fe", donde Jesucristo es "el centro de la sinfonía".
"Quienquiera
que escuche esta "sinfonía de la verdad" - no sólo con los oídos, sino con el
corazón - se sentirá conmovido por el misterio de Dios que se acerca a
nosotros, lleno de amor, en su Hijo. ¡Y sobre este amor fiel se funda la
esperanza que no defrauda! No lo olvidemos nunca: La esperanza no defrauda.
Porque "ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni lo
presente, ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra criatura podrá jamás separarnos del amor de Dios,
manifestado en Cristo Jesús, Nuestro Señor"", expresó Francisco,
Al
finalizar la audiencia, el sucesor de San Pedro invitó a los presentes a rezar
juntos el Padre Nuestro.