Sacramento lo administró en la Fiesta del Bautismo del Señor
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El
Papa pidió a los padres y padrinos que trabajen por la vivencia en la fe de los
recién bautizados.
David
Mora, periodista
Este
domingo 12 de enero, durante la Fiesta del Bautismo del Señor, con la cual
finaliza el Tiempo de Navidad y comienza el Tiempo Ordinario, el Papa Francisco
bautizó en la Capilla Sixtina a 21 niños, que son hijos de empleados del
Vaticano, algunos de ellos fueron Tito, Edwin, Gabriel, Sofía y Vittoria.
Desde
el inicio de la celebración del sacramento, el Santo Padre le dejó claro a los
presentes que "hoy son ellos los que mandan", por lo que "es importante que los
niños se sientan bien". También recomendó a las madres a cambiarlos si los
bebés tienen razón y a amamantarlos si tienen hambre.
Al
hacer el signo de la cruz a quienes están por bautizarse, el obispo de Roma
tuvo el detalle de que, si el bebé tiene un hermano, este lo signara en la
frente. Francisco en una homilía breve pidió a los padres y padrinos que
trabajen siempre ara que estos niños que ahora reciben el primer sacramento
crezcan en la vivencia de la fe con "una verdadera humanidad, en la alegría de
la familia".
La
Santa Misa fue concelebrada por el limosnero pontificio, el Cardenal Konrad
Krajewski, y el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del
Vaticano, el Cardenal Fernando Vérgez; quienes se encargaron de ungir el pecho
de los pequeños con el Óleo de los Catecúmenos. De inmediato, Francisco
prosiguió con el momento culminante de la celebración: El Bautismo.
Una
vez que cada uno de los pequeños fue incorporado al cuerpo de la Iglesia, ambos
cardenales se encargaron de ungir la cabeza de los bautizados con el Santo
Crisma e imponerles la túnica blanca, mientras que cada papá enciende una
candela en el Cirio Pascual para la entrega de la luz. "Lleven siempre esta luz
con ustedes, a su casa, como recuerdo de este día. Y cuando haya algún
problema, alguna dificultad, enciendan la luz para pedir al Señor la gracia
para la familia", indicó el líder de la Iglesia Católica.
Posteriormente,
los cardenales signaron la boca y las orejas de los niños en el rito del "Effata",
que recuerda el relato cuando Jesucristo sanó a un sordomudo. Finalmente, en un
ambiente de festivo, el Sucesor de San Pedro compartió un momento con las
familias reunidas y les entregó un regalo.
La
tradición vaticana de impartir el sacramento bautismal a los hijos de los
empleados de la Santa Sede en el último día de la Navidad se origina en 1981, durante
el pontificado de San Juan Pablo II. El único cambio desde aquella época hasta
ahora es el lugar: En 1981 y 1982 se realizaron en la Capilla Paulina, mientras
que desde 1983 se han hecho en la Capilla Sixtina.
Fuente: Vatican News.