Queridas familias de Costa Rica,
Nos dirigimos a ustedes con mucha esperanza, recordándoles la importancia de fortalecer los lazos familiares y de construir juntos una vida centrada en Dios y en el amor al prójimo. La familia es un regalo sagrado de Dios, la célula esencial de la sociedad y el primer espacio donde se desarrollan los valores del Evangelio.
Miramos con devoción a la Sagrada Familia de Nazaret, formada por San José, la Virgen María y el niño Jesús, como modelo de amor, sacrificio y fidelidad a Dios. En su vida diaria, enfrentaron desafíos y compartieron alegrías, viviendo unidos en fe y obediencia a la voluntad divina. La familia de Nazaret nos comprueba cómo cada hogar cristiano está llamado a ser un espacio de amor y de oración, donde los hijos son educados en los valores del Evangelio.
El Papa Francisco nos ha recordado la relevancia de la familia en la vida de la iglesia y en la sociedad, describiéndola como una "escuela de humanidad". En cada hogar cristiano, Dios nos invita a compartir nuestras alegrías, penas y esperanzas, y a vivir la fe con naturalidad. Que no falten en nuestros hogares momentos de oración, de diálogo y de encuentro con el Señor, para que la gracia de Dios ilumine nuestro caminar diario.
Desde la Comisión Nacional de Pastoral Familiar, les invitamos a todas las familias costarricenses a participar activamente en la vida de la iglesia, participando en comunidades de oración, grupos parroquiales y actividades que fortalezcan la fe. Unidos en Cristo y siguiendo el ejemplo de la familia de Nazaret, construyamos una sociedad más justa y fiel, en la que cada familia sea luz y esperanza para el mundo.
Con amor en Cristo y María,
Monseñor Manuel Eugenio Salazar, Obispo de Tilarán-Liberia.
Pbro. Jesús Zúñiga Umaña, Secretario Ejecutivo Pastoral Familiar.