Mons. Javier Román Arias, obispo de la Diócesis de Limón
·
Prelado
le regaló al Papa café hecho en Limón
David
Mora, periodista
Desde
el pasado 2 de octubre, inició la Segunda Sesión de la Asamblea General del
Sínodo de los obispos. En este encuentro, obispos, sacerdotes y laicos de todo
el mundo comparten con el Papa Francisco para tratar diferentes temáticas en
torno al camino de la Iglesia Católica.
Al
igual que en 2023, el país está representado por el obispo de la Diócesis de
Limón y presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR), Monseñor
Javier Román, quien el pasado martes 8 de octubre tuvo la oportunidad de
conversar unos minutos con el Santo Padre y regalarle una bolsa serigrafiada y
café hecho en el Caribe.
Radio
Fides conversó con él sobre esta experiencia y todo lo que se está viviendo en
el ambiente sinodal, que se desarrolla hasta el próximo 27 de octubre:
1. ¿Cómo
ha estado el ambiente del Sínodo, comparándolo con la experiencia de hace un
año?
- El ambiente es muy similar, hay mucha cordialidad y
respeto, impera el diálogo y la oración, sobre todo el deseo de escuchar la voz
del Espíritu Santo, con la ventaja de que vamos conociéndonos, entonces ese
lado humano ayuda mucho a que los temas fluyan, desde luego que la ayuda de los
expertos nos va orientando, pero en general lo sentimos como un momento de
gracia, de encuentro y de gozo por reconocernos todos como parte importante y
activa de la Iglesia.
2. ¿Qué
temas surgen en las distintas conversaciones?
- Los que están propuestos ya en el "Instrumentum
laboris"; es decir, no es que aquí venimos a hablar de cualquier cosa, sino que
ya tenemos un camino, un marco diríamos, en los que debemos centrarnos y nutrir
de acuerdo con nuestras experiencias pastorales y mociones que el Espíritu
Santo va inspirando en cada uno de los temas propuestos. Trabajamos en grupos lingüísticos,
entonces vivimos cosas similares en nuestras iglesias, otras diferentes, pero
en esa riqueza es donde se evidencia precisamente la acción de Dios que sigue
iluminando el caminar de la Iglesia y impulsándonos a la misión en comunión,
como en Pentecostés.
3. ¿Cómo
ha sido la experiencia de encontrarse con el Papa en estos días?
- Muy bonita la experiencia de poder tener tan cerca
al Santo Padre, incluso sentir la libertad de acercarse y poder dialogar unos
minutos con él. Al ser latinoamericano, la conexión es inmediata, se muestra
interesado y atento a lo que le compartimos, y como siempre con su testimonio
de humildad y de servicio a la Iglesia.
4. ¿Cómo
fue la organización para darle el regalo del café producido en Limón?
- En la diócesis, la Pastoral Social distribuye este
café solidario, marca "La Nonna", que destina una parte de sus ganancias a las
obras sociales, entonces nos pareció un gesto bonito que el Santo Padre lo
conociera y lo probara, ya que como sabemos, repite siempre que nuestro país
tiene el mejor café del mundo. De hecho, me lo dijo de nuevo cuando le entregué
la bolsa con las diferentes presentaciones de nuestro café.
5. ¿Qué
se espera para el final de esta sesión del Sínodo?
- Completar la reflexión sobre los temas propuestos y
que se entregue al Santo Padre para su discernimiento posterior. La sinodalidad
es un camino y como tal no debemos esperar algún hecho extraordinario, sino la
motivación para asumir esta forma de ser de la Iglesia en la que todos tenemos
un lugar y donde somos corresponsables de la misión, todos, pastores y laicos,
para dar testimonio al mundo del amor de Dios, su misericordia y su bondad,
especialmente hacia quienes cargan con las heridas de la desigualdad, la
injusticia, el odio, la guerra y el crimen en todas sus formas y maneras.