Oración por el eterno descanso del arzobispo emérito coincidió con la Solemnidad de la Dedicación de la Catedral Metropolitana
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Catedral
fue dedicada el 1 de noviembre de 1940 por Monseñor Sanabria
David
Mora, periodista
Cada
9 de octubre, la Arquidiócesis de San José se viste de fiesta al conmemorar el
aniversario de la Dedicación de la Catedral Metropolitana, pero este miércoles
la celebración tuvo una tónica diferente, pues coincidió con el novenario del
arzobispo emérito de San José, Monseñor Hugo Barrantes.
Durante
la Santa Misa de las 4 de la tarde, se hicieron presentes los miembros del
Venerable Cabildo Metropolitano, sacerdotes concelebrantes, el obispo auxiliar
de la Arquidiócesis de San José, Monseñor Daniel Blanco, el nuncio apostólico
en Costa Rica, Monseñor Mark Gerard Miles, y los familiares del recién
fallecido prelado. La Eucaristía fue presidia por su sucesor, el arzobispo metropolitano
de San José, Monseñor José Rafael Quirós.
El
encargado de la homilía fue Monseñor Blanco, quien destacó que "el lugar sagrado
no depende tanto de un edificio material, sino de la acción de Dios; que con su
amor y providencia es capaz de bendecir abundantemente, aunque todo lo humano
parezca en ruina", y que "por más sagrado que sea, nunca podrá contener la
grandeza de Dios", por lo que es de gran importancia que esté enfocado en la
evangelización y se convierta en reflejo de Cristo Resucitado, también mencionó
que el arzobispo emérito vivió esta realidad durante el ejercicio de su
episcopado.
"Esta
Iglesia Catedral, lugar de encuentro con Dios y con los hermanos, debe ser
lugar de escucha de la Palabra de Dios, de predicación auténtica del Evangelio,
de la enseñanza constante y milenaria de la Iglesia...Todo esto, mientras recordamos
a Monseñor Hugo Barrantes, podemos decir que lo vivió él, en esta Catedral no
sólo presidió los sacramentos para el bien del pueblo a él encomendado, sino
que él mismo se benefició de los regalos de gracia que Dios aquí distribuye a todos.
Aquí predicó muchas veces pidiendo que nos convirtiéramos, que saliéramos de
este edificio material como piedras vivas del edificio de Cristo, con nuestra
acción pastoral, evangelizadora y misionera en todos los ámbitos de la sociedad.
Aquí se configuró con Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, aquí preparó su camino a
la Jerusalén celeste, donde hoy decimos con certeza contempla la gloria de Dios
que creyó, esperó y anunció", manifestó el prelado.
La
Catedral Metropolitana de San José fue dedicada por el II arzobispo, Monseñor
Víctor Sanabria, el 1 de noviembre de 1940, Solemnidad de Todos los Santos. Fue
el mismo prelado quien dispuso que el aniversario de este rito se hiciera cada
9 de octubre al ser la fecha en que fue ordenado presbítero.
La
liturgia indica que en cada diócesis, en la Catedral debe celebrarse el
aniversario de su Dedicación bajo el grado de Solemnidad, con I Vísperas desde la tarde del
día anterior; mientras que en las comunidades parroquiales se hace como una
Fiesta.