La Iglesia reafirma su compromiso de servicio a todos los fieles, independientemente de su situación económica. Si bien se ha establecido una contribución de mil colones por cada intención de misa, se subraya en el mismo decreto que esta suma no es un requisito obligatorio para recibir los sacramentos. En aquellos casos donde un fiel no pueda cancelar la cantidad indicada, la Iglesia aceptará una ofrenda voluntaria acorde a sus posibilidades.
Es importante destacar que, por razón de pobreza, nunca se negará la celebración de un sacramento. Esta disposición está alineada con el principio fundamental de la Iglesia, que busca asegurar el acceso a los sacramentos para todos, sin distinción alguna.
La Arquidiócesis agradece las contribuciones que los fieles puedan ofrecer libremente, ya que estas permiten el sostenimiento de la misión pastoral y caritativa de la Iglesia. Sin embargo, reiteramos que la carencia de recursos económicos no será nunca un impedimento para participar plenamente en la vida sacramental.
Atentamente,
Arquidiócesis de San José