1. Su origen.
Mons. Hugo Barrantes Ureña nació en San Isidro de El General, el 21 de mayo de 1936. Fue el segundo hijo, de un total de siete, de don Félix Barrantes Elizondo (q.d.D.g.) y de doña Argentina Ureña Chinchilla (q.d.D.g.).
Fue bautizado el 14 de junio de 1936, en la Iglesia Parroquial de San Isidro de El General, por el sacerdote vicentino, lazarista, paulino o de la misión, Padre León Nathrat C.M. Hizo la primera comunión, en la misma iglesia, en la Solemnidad del Corpus Christi de 1944, siendo el celebrante el también sacerdote vicentino, lazarista, paulino o de la misión, Padre Bernardo Drüg C.M., posteriormente gran misionero de Talamanca.
La Confirmación la recibió, en abril de 1945, en una visita pastoral del segundo Arzobispo Metropolitano de San José, Mons. Víctor Manuel Sanabria Martínez (1940-1952), a la Parroquia de San Isidro de El General.
2. Formación académica, ordenación diaconal y presbiteral.
Cursó sus estudios primarios, entre 1944 y 1949, en la Escuela Mixta de Ureña. Los estudios secundarios los inició en la Escuela Complementaria de Pérez Zeledón y los concluyó en el Seminario Menor Nuestra Señora de los Ángeles en San Cristóbal Norte y en Tres Ríos, entre 1950 y 1955. Ingresó al entonces Seminario Central de San José en 1956, donde cursó los estudios eclesiásticos de Filosofía y de Teología, hasta 1961.
El 19 de marzo de 1961, en la Capilla del Seminario Central en Paso Ancho, fue ordenado diácono, por el cuarto Arzobispo Metropolitano de San José, Mons. Carlos Humberto Rodríguez Quirós (1960-1979), teniendo entonces 24 años y casi 10 meses de edad. Y el 23 de diciembre de 1961, Mons. Delfín Quesada Castro (1955-1974), primer Obispo de San Isidro de El General, en la primera ordenación de la Diócesis, lo ordenó presbítero en la Catedral de San Isidro de El General, contando entonces con 25 años y 7 meses de edad.
Entre 1962 y 1964 realizó estudios superiores en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, obteniendo la Licenciatura en Derecho Canónico. Posteriormente, entre 1964 y 1965, prosiguió sus estudios en el Instituto "Lumen Vitae" en Bruselas, Bélgica, donde obtuvo un diplomado en catequesis de adultos.
Sus años de estudio en Europa, coincidieron exactamente con la realización de los cuatro períodos de sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965), por lo que el entonces joven P. Hugo Barrantes Ureña, pudo empaparse de primera mano de la gran renovación pastoral que significó dicho magno evento eclesial, lo cual sin duda marcó profundamente su ministerio presbiteral y episcopal.
Tiempo después, el 17 de junio de 1998, se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad Católica de Costa Rica Anselmo Llorente y Lafuente.
3. Servicio pastoral presbiteral.
Realizó una generosa actividad pastoral como presbítero. Recién ordenado, el 11 de febrero de 1962, inició como párroco de la Parroquia San José de Palmares de Pérez Zeledón, hasta agosto del mismo año; en ese mismo período fungió como responsable de la Parroquia de San Pedro Apóstol de Buenos Aires de Puntarenas.
A su regreso de sus estudios en Europa, entre setiembre de 1965 y febrero de 1967, fue Vicario parroquial en la Parroquia de San Isidro de El General, con recargo de las comunidades parroquiales de Rivas y de Buenos Aires. Fue párroco de Buenos Aires de Puntarenas entre el 11 de febrero de 1967 y el 28 de febrero de 1974. Fue párroco de la Parroquia de San Vito de Coto Brus entre el 1° de marzo de 1974 y el 26 de setiembre de 1980.
El 29 de setiembre de 1980 "ayer hace exactamente cuarenta y cuatro años" inició como párroco de la Parroquia de San Marcos de Tarrazú, servicio que ocupó hasta el 31 de diciembre de 1988. Al llegar a San Marcos, también se le confió la Parroquia de San Pablo de León Cortés, responsabilidad que llevó hasta 1984.
Fue Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias durante el quinquenio comprendido entre 1985 y 1990; durante 1989 colaboró como Director Espiritual en el Seminario Central en Paso Ancho. El 30 de abril de 1990, el Papa San Juan Pablo II (1978-2005) lo designó miembro de la Familia Pontificia, con el título Capellán de Su Santidad.
Entre el 4 de marzo de 1990 y el 31 de mayo de 1998, fue párroco de la Parroquia de San Isidro de El General. El segundo Obispo de San Isidro de El General, Mons. Ignacio Nazareno Trejos Picado (1974-2003), lo nombró su Vicario General entre 1993 y el 31 de mayo de 1998.
En la Diócesis de San Isidro de El General fue, además, durante un tiempo, responsable de la promoción vocacional. Fue miembro de las Comisiones Episcopales de Liturgia, de Vocaciones y del Clero. También fue representante diocesano de la directiva de Uniclero.
4. El Obispo.
El 17 de abril de 1998, con 61 años y casi 11 meses de edad, fue nombrado por el Papa San Juan Pablo II (1978-2005) como primer Obispo de la naciente Diócesis de Puntarenas, erigida ese mismo día. El 16 de julio siguiente, en la fiesta de Nuestra Señora de El Carmen, patrona de la nueva Diócesis, recibió su ordenación episcopal, en el Estadio Lito Pérez de Puntarenas, a la edad de 62 años y 1 mes y 36 años y casi 7 meses de ejercicio del ministerio presbiteral.
Su consagrante principal fue el quinto Arzobispo Metropolitano de San José, Mons. Román Arrieta Villalobos (1979-2002), y sus co-consagrantes fueron Mons. Ignacio Nazareno Trejos Picado, segundo Obispo de San Isidro de El General (1974-2003), y, Mons. Héctor Morera Vega, segundo Obispo de Tilarán (1979-2002). El mismo 16 de julio de 1998, Mons. Hugo Barrantes Ureña tomó posesión de su sede en la nueva Diócesis de Puntarenas.
Durante poco más de cuatro años, Mons. Hugo Barrantes Ureña desplegó una infatigable labor episcopal en la Diócesis de Puntarenas, edificando los sólidos cimientos administrativos y del caminar pastoral diocesano.
Como Obispo participó en el décimo Sínodo Ordinario de los Obispos del año 2001 en Roma, que trató el tema: "El Obispo: servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo".
El Papa San Juan Pablo II lo nombró sexto Arzobispo Metropolitano de San José, el 13 de julio del 2002, con 66 años y casi 2 meses de edad. Desde esa fecha, hasta el 25 de julio del 2003, fue nombrado por el mismo Papa Administrador Apostólico de la Diócesis de Puntarenas, hasta que su sucesor tomó posesión.
Mons. Hugo Barrantes Ureña tomó posesión de la Arquidiócesis de San José el 18 de octubre del año 2002, a la edad de 66 años y casi 5 meses cumplidos, bajo el lema "Duc in altum", "Rema mar adentro".
Como Arzobispo Metropolitano buscó seguir impulsando la renovación pastoral de la Arquidiócesis, mediante la reforma administrativa de la Curia Metropolitana y la dinamización de la acción pastoral, mediante procesos de pastoral en línea de discipulado misionero.
Inicialmente, entre los años 2003 y 2011, impulsó el proyecto del Plan Arquidiocesano de Nueva Evangelización (P.A.N.E.) y luego animó la elaboración del Plan Arquidiocesano de Pastoral, como concreción de la Misión Continental pedida por la Conferencia del Episcopado Latinoamericano de Aparecida del año 2007, mediante el Plan de Misión Continental 2011-2013, antecedente inmediato del actual Plan de Pastoral Arquidiocesano, a partir del año 2015. Para ello, realizó Asambleas Parroquiales y Vicariales de pastoral, en búsqueda de la dinamización de la pastoral.
Como aplicación del Plan de Misión Continental 2011-2013, se preocupó hondamente por la formación de los agentes de pastoral laicales, mediante módulos de formación y encuentros bimensuales de formación por Vicarías Foráneas y, además, impulsó la creación y favoreció el trabajo activo de los Consejos Vicariales de Pastoral, conformados en su gran mayoría por fieles laicos, y de los Consejos Parroquiales de Pastoral.
Fomentó la proyección de las Vicarías Episcopales, particularmente en el ámbito profético y social. Creó la Vicaría Episcopal para el Clero e impulsó las ya existentes de Liturgia y de Vida Consagrada. Impulsó diversas iniciativas de inclusión social, apoyo a los agricultores y mesas de diálogo con instituciones públicas y civiles.
Igualmente, realizó varias visitas episcopales a cada una de las Parroquias de la Arquidiócesis y a las Vicarías Foráneas. Propició la presencia de la Iglesia fuera de los ámbitos litúrgicos, animando una Iglesia misionera presente y enviada "a la calle".
Hizo presencia personal y eclesial en instituciones públicas, universidades y otras instancias de la sociedad civil. Levantó su voz, en defensa de la vida, de la familia y del matrimonio, ante propuestas legislativas que atentan contra sus fundamentos.
Inició el proceso de formación de diáconos permanentes para la Arquidiócesis de San José e inauguró el Seminario Arquidiocesano "Redemptoris Mater", en Sabana Sur, para la formación de futuros sacerdotes arquidiocesanos.
Inició su arzobispado peregrinando desde la Catedral Metropolitana hasta la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago, para encomendar a la Madre y Patrona su labor pastoral. Inauguró la práctica de peregrinar al Santuario Nacional del Santo Cristo de Esquipulas en Alajuelita, el Domingo anterior a su fiesta. Celebró con gran entusiasmo el Año universal de la fe (2012-2013), proclamado por el Papa Benedicto XVI (2005-2013) para celebrar el 50 aniversario de la inauguración del Concilio Vaticano II (1962-1965), con sendas y diversas celebraciones a nivel de cada Vicaría Foránea, como el solemne Congreso Eucarístico de Heredia, en febrero del 2013.
Promovió la creación de la Diócesis de Cartago "con territorio desmembrado de la Arquidiócesis de San José y de la Diócesis de Limón", erigida por el Papa Benedicto XVI (2005-2013) el 24 de mayo del 2005.
Fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, durante un período de tres años (2008-2011) y Obispo responsable de las Comisiones Nacionales de Comunicación y de Cultura, entre otras.
Como garante de la sucesión apostólica, en su calidad de Arzobispo Metropolitano, fue el consagrante principal de su sucesor en la Diócesis de Puntarenas, Mons. Óscar Gerardo Fernández Guillén, el 25 de julio del 2003, y, del segundo Obispo de Limón, Mons. José Rafael Quirós Quirós (2006-2013), el 22 de febrero del 2006 - quien posteriormente será su sucesor en la sede metropolitana de San José, desde el 29 de agosto del 2013 - ; además, fue uno de los co-consagrantes principales de la ordenación episcopal del tercer Obispo de San Isidro de El General, Mons. Guillermo Loría Garita (2003-2013), el 1° de octubre del 2003, y, del segundo Obispo de Ciudad Quesada, Mons. Ramón Oswaldo de las Nieves Brenes Álvarez (2008-2012), el 24 de mayo del 2008.
Como Arzobispo emérito fue uno de los co-consagrantes principales de la ordenación episcopal del tercer Obispo de Ciudad Quesada, Mons. José Manuel Garita Herrera, el 17 de mayo del 2014, y, del Obispo Auxiliar de San José, Mons. Daniel Francisco Blanco Méndez, el 25 de enero del 2018.
El 21 de mayo del 2011, al cumplir los 75 años de edad, presentó su renuncia como Arzobispo Metropolitano, ante el Papa Benedicto XVI (2005-2013); pero fue hasta el 4 de julio del 2013, con 77 años y 1 mes, que el Papa Francisco le acepta la renuncia al gobierno pastoral, manteniéndose por decisión pontificia como Administrador Apostólico hasta el 29 de agosto del 2013, en que toma posesión su sucesor, pasando a ser entonces Arzobispo emérito, con 77 años y 2 meses de edad, y después de 10 años y 10 meses de un muy fecundo episcopado en la Arquidiócesis de San José.
5. Conclusión.
Como Arzobispo emérito se trasladó a vivir en su tierra natal, San Isidro de El General, donde continuó sirviendo a la causa de la evangelización, hasta que su salud se lo permitió. En los últimos meses vivió en la Parroquia San Miguel Arcángel de Escazú, al cuidado del M.I. Sr. Pbro. Marvin Danilo Benavides Campos.
Hasta que falleció el pasado sábado 28 de setiembre, con 88 años y 4 meses de edad, 63 años y 6 meses de ordenado presbítero y 26 años y 2 meses de ordenado Obispo.
El ministerio sacerdotal y episcopal de Mons. Hugo Barrantes, quiso ser respuesta a los grandes retos de un mundo cada vez más secularizado y relativista, por lo que siempre buscó con pasión sincera conducir a nuestra Iglesia arquidiocesana por los senderos de la nueva evangelización, en el espíritu del Concilio Vaticano II (1962-1965) y de Aparecida (2007), deseando concretizar una nueva forma de ser Iglesia y de ser Pastor.
El dinámico camino pastoral de la Arquidiócesis de San José guiado por una rica estela de historia episcopal y de proyección pastoral, antecedido por la amplia y variada gama de nuestros treinta y siete Obispos de León de Nicaragua (1565-1850), por la generosidad y la audacia de Mons. Llorente y Lafuente (1851-1871), la sabiduría y la fortaleza de Mons. Thiel Hoffman C.M. (1880-1901), la centralidad eucarística y el espíritu de caridad de Mons. Stork Werth C.M. (1904-1920), la ciencia y la devoción mariana de Mons. Castro Jiménez (1921-1939), la sensibilidad social y la consciencia histórica de Mons. Sanabria Martínez (1940-1952), la santidad y la humildad de Mons. Odio Herrera (1952-1959), la sólida espiritualidad y la rectitud de Mons. Rodríguez Quirós (1960-1979), la alegría y la solicitud por sus sacerdotes de Mons. Arrieta Villalobos (1979-2002) y la proyección pastoral de Mons. Quirós Quirós, se ve hoy especialmente adornada por el inagotable dinamismo misionero y la decidida promoción del laicado de Mons. Hugo Barrantes Ureña (2002-2013).
Hoy despedimos al pastor celoso, de profundo ingenio campesino, reflejo fiel de la sabiduría popular, de frases penetrantes, de sagacidad intelectual, de honda capacidad de discernimiento, de predicación fluida y siempre accesible a su pueblo.
Para Mons. Hugo Barrantes Ureña todo el Pueblo de Dios aquí congregado, junto con sus pastores, sólo le podemos expresar de corazón: gratitud, admiración y reconocimiento. ¡Qué Dios lo tenga en su Reino y brille para él la luz perpetua! ¡Duc in altum, Mons. Hugo! ¡Descanse en paz! Amén.