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Iglesia

Lugar de la Asunción sigue siendo un misterio

Existe el debate de si fue en Jerusalén o en Éfeso

·         Santos y papas se inclinan por la opción de que la Asunción haya sido en Éfeso

 

David Mora, periodista

Este jueves 15 de agosto, la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María a los cielos, un hecho que los creyentes siempre han creído desde la Tradición, aunque desde el 1 de noviembre de 1950 es un dogma de fe. Hasta la fecha se sigue debatiendo cuál fue el lugar en que la Madre de Dios llegó al fin de sus días terrenales, si en Éfeso o en Jerusalén.

En el Evangelio según San Juan se narra que este apóstol vivió con la Virgen María luego de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, ya que él se la encomendó cuando estaba crucificado en Jerusalén, lugar donde existe una tumba de María. Pero se sabe que San Juan se fue a vivir a Éfeso, lo que abre la teoría de que la Madre de Dios habitó allí con él hasta su asunción.

Esto es algo que incluso el Papa Benedicto XIV quiso dejar por escrito oficialmente, pero falleció antes de hacerlo, también deseaba eliminar todas las lecciones que afirmaran que la asunción fue en Jerusalén.

Una tradición cristiana indica que en Tierra Santa, donde hoy se encuentra la Basílica de la Dormición fue el sitio donde María falleció, y que su cuerpo fue llevado hasta un sepulcro cerca de Getsemaní, allí hay una Iglesia Ortodoxa en la que los franciscanos rezan cada 15 de agosto. En el tiempo se tiene una roca en la que el cuerpo habría sido puesto antes de ser elevada al cielo.

Con respecto a Éfeso, varios santos y escritores afirman que el discípulo amado vivió en Turquía, ya para el año 431 d.C. hay registro de una carta sinodal del Concilio de Éfeso, evento en el que se declaró el dogma de que María es Madre de Dios; allí se relacionó a la Virgen y San Juan con la ciudad, lo cual es un indicio de que estuvieron allí. También, entre 1226 y 1286, se tiene en cuenta que un obispo jacobita (sirio ortodoxo) llamado Bar Hebreo, quien era historiador, indicó que el apóstol "fundó la Iglesia de Éfeso y enterró a María en un lugar desconocido".

Esta teoría tomó más relevancia para varios papas, León XIII bendijo la casa de Éfeso en 1896, San Juan XXIII en 1961 concedió la Indulgencia Plenaria a quien visite la estancia, San Pablo VI se hizo presente en 1967, mientras que San Juan Pablo II presidió la Santa Eucaristía allí en 1979, algo que su sucesor, Benedicto XVI, repitió en 2006.

El lugar de la muerte y asunción de la Virgen María es un misterio y genera opiniones divididas, pero más allá del sitio, el dogma de fe sigue intacto desde siglos atrás.