Francisco se reunión con participantes de los capítulos generales de 6 congregaciones
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Santo
Padre resalta belleza en las historias de quienes se consagran a Dios
David
Mora, periodista
El
pasado lunes 15 de julio, el Papa Francisco tuvo una audiencia en la Sala
Clementina del Palacio Apostólico, en el Vaticano, con los participantes de los
capítulos generales de seis órdenes e institutos religiosos, encuentro en el
pidió reforzar la oración y el acompañamiento que se le da a las personas con
inquietudes a la vida religiosa.
El
Santo Padre le solicitó a cada orden el número actual de novicios con los que
cuentan, con el fin de orar por el futuro de cada congregación, además de
insistirle a los presentes continuar con los principios y el camino creado por
sus fundadores en términos de las renuncias que realizaron y evitando signos de
ambición.
Las
congregaciones presentes fueron la Orden de los Mínimos, los Clérigos Regulares
Menores, los Clérigos de San Viator, los Misioneros de San Antonio María Claret
de las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón y de las Agustinas del Divino
Amor.
En
su discurso, el obispo de Roma resaltó que hay historias hermosas en las
personas que han decidido consagrar su vida a Dios, e indicó que en muchas ocasiones
fueron los fundadores de congregaciones los que identificaron "los rasgos de
esta belleza" y "corresponder a ella de modos diversos, según las necesidades
de su tiempo".
"El
amor de Dios es sencillo y su belleza es sencilla, no es una belleza
sofisticada, no. Es sencillo, tiene los pies en la tierra. Por tanto, mientras
preparan sus encuentros, pidan también al Señor ser sencillos, personalmente y
también sencillo en la dinámica sinodal del camino común, despojándose de todo
lo que no sea necesario o pueda obstaculizar la escucha y la armonía en sus
procesos de discernimiento; despojándose de cálculos y de ambiciones", expresó
el líder de la Iglesia Católica.
Unido
a esto, el pontífice instó a cada religioso a no descuidar su diálogo con el
Señor ante el sagrario, con una oración "que sale del corazón y nos mantiene en
el camino del Señor".
Por
otro lado, advirtió sobre "la peste" de la envidia, la cual catalogó como la "enfermedad
amarilla" y "una cosa fea", sin dejar de lado las pretensiones, la rigidez y las
tentaciones de "autorreferencialidad".
Al
finalizar el encuentro, el Papa pidió seguir orando por las vocaciones y a cuidar
la formación de quienes están en el proceso de consagrarse a Dios.
Fuente: Vatican News.