Audiencia General
La lectura que introduce la reflexión del Papa está tomada de la Primera Carta a los Corintios:
Todas las cosas me son provechosas. Sí, pero no todo es lícito. ¡Todo me es lícito!. Sí, pero no me dejaré dominar por nada. ¡La comida es para el vientre y el vientre para la comida!. Pero Dios destruirá esto y aquello. El cuerpo no es para la inmundicia, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo. Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros con su poder.
Como había afirmado san Juan Pablo II, el consumo de drogas daña a toda comunidad en la que está presente, Francisco recordó que la atención se dirige siempre a toda persona implicada en su uso. Y, citando lo que había dicho a los participantes en el encuentro patrocinado por la Pontificia Academia de las Ciencias el 24 de noviembre de 2016, afirmó:
Cada toxicómano lleva consigo una historia personal diferente, que debe ser escuchada, comprendida, amada y, en la medida de lo posible, sanada y purificada. Siguen teniendo, más que nunca, una dignidad, como personas hijas de Dios. Todos tienen una dignidad.
A continuación, el Papa citó las severas palabras de Benedicto XVI, quien había instado a los traficantes a reflexionar sobre el mal que están haciendo a una multitud de jóvenes y adultos, teniendo en cuenta que Dios les pedirá cuentas. Son asesinos, dice Francisco y a continuación habló de lo que hay que hacer para frenar el consumo de drogas:
La reducción de la drogadicción no se consigue liberalizando el consumo esto es una fantasía como se ha propuesto, o ya se ha aplicado, en algunos países. Y esto: se liberaliza y se consume más. Después de haber conocido tantas historias trágicas de drogadictos y de sus familias, estoy convencido de que es moralmente justo acabar con la producción y el tráfico de estas sustancias peligrosas. Cuántos traficantes de muerte hay ¡porque los traficantes de droga son traficantes de muerte! ¡cuántos traficantes de muerte hay, movidos por la lógica del poder y del dinero a cualquier precio!
Francisco se refirió a la lógica del poder y del dinero a cualquier precio que lleva a los traficantes a sembrar la muerte y señaló la prevención como vía prioritaria para combatir el consumo de drogas.
Además, basándose en sus experiencias personales, el Papa añadió:
En mis viajes por distintas diócesis y países, he podido visitar varias comunidades de recuperación inspiradas en el Evangelio. Son un testimonio fuerte y esperanzador del compromiso de sacerdotes, personas consagradas y laicos para poner en práctica la parábola del buen samaritano. También me reconfortan los esfuerzos emprendidos por varias Conferencias Episcopales para promover una legislación y unas políticas justas en materia de tratamiento de los toxicómanos y de prevención para poner fin a esta plaga.
A modo de ejemplo, el Pontífice recordó la red de La Pastoral Latinoamericana de Acompañamiento y Prevención de Adicciones (PLAPA), que comparte experiencias y dificultades en la lucha contra la droga, y a los obispos de África austral, que en noviembre del año pasado convocaron un encuentro sobre el Empoderamiento de los jóvenes como agentes de paz y esperanza. Nadie puede permanecer indiferente, dijo el Papa, ante la trágica situación de la drogadicción y el escándalo de la producción y el tráfico ilícitos.
Nuestro modelo es Jesús. Repitiendo lo que escribió en su Mensaje a los participantes en el 60º Congreso Internacional de Toxicólogos Forenses el 26 de agosto del 2023, Francisco prosiguió diciendo:
Al estilo de su proximidad, también nosotros estamos llamados a actuar, a detenernos ante situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia, a inclinarnos para levantar y devolver a la vida a quienes caen en la esclavitud de la droga.
Al estilo de su proximidad, también nosotros estamos llamados a actuar, a detenernos ante situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia, a inclinarnos para levantar y devolver a la vida a quienes caen en la esclavitud de la droga.
El Santo Padre concluyó invitando también a rezar por estos criminales que gastan y dan droga a los jóvenes. Y reiteró: Son criminales, son asesinos. Recemos por su conversión.