Responsive image

Papa

Papel del Papa como signo de unidad

Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos presentó documento sobre el Ministerio Petrino

·         Diálogo en temas controvertidos en confesiones cristianas

 

David Mora, periodista

Este jueves 13 de junio el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos publicó el documento "El Obispo de Roma", en el que se profundiza el papel del Sucesor de San Pedro como signo de comunión en el diálogo ecuménico.

El texto es el fruto de un trabajo realizado por 30 años, iniciado por el Papa San Juan Pablo II, donde ya se daban los primeros pasos luego del Concilio Vaticano II. El objetivo es que se consiga volver a la comunión con el Papa a aquellas comunidades cristianas que en los primeros siglos estuvieron unidas a él, logrando un nuevo enfoque a las discusiones teológicas más controvertidas.

Algunas de estos temas en los que algunas confesiones difieren son los textos petrinos y la primacía de Pedro sobre los demás apóstoles, a esto se le definió como "clasificaciones hermenéuticas", ya que la Iglesia Católica cree que el primado es dado por Dios, mientras que otras denominaciones cristianas no lo ven así. A través del diálogo, se profundizó en la parte histórica y teológica de la primacía, aunque se pidió "una mayor atención y evaluación del contexto histórico que ha condicionado el ejercicio de la primacía en diferentes regiones y épocas".

Dentro del catolicismo existe el dogma de la Infabilidad Papal, definido en el Concilio Vaticano I, por lo que se plantea interpretar esta verdad de fe, pero vista desde el Concilio Vaticano II, y así identificar cuáles son las extensiones y límites del Papa, aunque el documento reconoce que "los diálogos siguen generando preocupaciones sobre la relación de la infabilidad con la primacía del Evangelio, la indefectibilidad de toda la Iglesia, el ejercicio de la colegialidad episcopal y la necesidad de la recepción".

También se tuvo presente la posibilidad de reforzar el papel de las conferencias episcopales a nivel continental y enfocar más el trabajo del Papa en la Diócesis de Roma, argumentando que hay asuntos que pueden resolverse a nivel local, sin la necesidad de elevarlo hasta el Vaticano, dejándole al Santo Padre más tiempo de tratar temas de mayor relevancia y urgencia. Eso sí, cuando hayan asuntos de vital intervención del pontífice, estos se le hacen llegar.

Uno de los puntos más fuertes en los que se estuvo de acuerdo entra las diferentes partes es en la importancia de vivir en sinodalidad eclesial y que el pontificado se desarrolle de esta manera, donde se tenga presente la dimensión comunitaria de que todos los integrantes tienen en común el bautismo.

El texto cierra con tres propuestas: Una reinterpretación del Concilio Vaticano I, con un nuevo vocabulario que sea fiel a la intención original y adaptado al contexto cultural y ecuménico actual; distinguir las responsabilidades el Papa en su ministerio patriarcal de la Iglesia occidental y el ministerio primacial de la comunión de las Iglesias; además de desarrollar más el concepto de sinodalidad a nivel de conferencias episcopales.

 

Fuente: Vatican News