Que la alegría y el gozo, que suscita la presencia del don del Espíritu Santo en la vida de la
comunidad eclesial los anime, y renueve en sus corazones la esperanza.
"Sean santos como su Padre celestial es santo" (cf. Mt 5,48), es la invitación y exhortación
que resuena en el mensaje del Evangelio y que se convierte en la propuesta de vida que el
Señor Jesús sigue dirigiendo a nuestros corazones.
Hoy, con profundo gozo, elevamos a Dios nuestra gratitud al contemplar la figura y el
testimonio del beato Carlo Acutis (1991-2006) que desde su corta edad y como joven se
esforzó por vivir una vida plenamente unida a la Cristo. "Era un joven normal, sencillo,
espontáneo, simpático, amaba la naturaleza y los animales, jugaba fútbol, tenía muchos
amigos de su edad, se sintió atraído por los medios modernos de comunicación social,
apasionado por la informática y autodidacta construyó programas para transmitir el
Evangelio, comunicar valores y belleza. Tenía el don de atraer y fue percibido como un
ejemplo".
La santidad es un don, "es el don que nos da el Señor Jesús, cuando nos toma para sí y nos
reviste de sí mismo, nos hace como Él". La santidad, recuerda el papa Francisco, "es la
invitación a compartir la alegría de Cristo, a vivir y a entregar con gozo cada momento de
nuestra vida, convirtiéndolo, al mismo tiempo, en un don de amor para las personas que están
a nuestro alrededor".
Nuestra gratitud a Dios porque ha manifestado su grandeza escuchando la intercesión del
Beato Carlo Acutis en el milagro realizado en favor de la joven costarricense, Valeria
Valverde, cuya madre suplicó con fe y confianza. Este signo de su misericordia y de su amor,
nos permite confirmar que el testimonio de la santidad permite la transformación de la
sociedad.
Por eso, reiteramos el llamado a todos los creyentes a desear la santidad de vida. En
particular, para ustedes jóvenes, que resuene la invitación; "Permanezcan abiertos, como
canales por los que la esperanza de Cristo pueda fluir y difundirse en los ambientes donde viven". Recuerden que, "a través de la santidad de los jóvenes, la Iglesia puede renovar su
ardor espiritual y su vigor apostólico. El bálsamo de la santidad generada por la vida buena
de tantos jóvenes puede curar las heridas de la Iglesia y del mundo" (Sínodo 167) .
Que la bienaventurada Virgen María, Reina de Ángeles, modelo de la vida de la gracia y de
la santidad, interceda en favor de nuestro pueblo, nos anime y nos impulse a vivir plenamente
como verdaderos discípulos del Señor.
Dado en la sede de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, a 23 de mayo de 2024, fiesta de
Jesucristo Sumo y eterno sacerdote.