Matrimonio cumplió 50 años y conversaron con el Pontífice
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Oración
ha sido fundamental
David
Mora, periodista
La
Iglesia de San Onofrio al Gianicolo, Roma, fue testigo el 5 de abril de 1964
del momento en que Mariano Mango y Anna María Zavagnini unieron sus vidas bajo
el Sacramento del Matrimonio. Ahora han celebrado sus Bodas de Diamante en el
Vaticano y tuvieron la posibilidad de conversar con el Papa Francisco unos
minutos.
Después
de la Audiencia General, el matrimonio tuvo de cerca al Santo Padre y pudieron
saludarlo por primera vez, también pudieron contarle su historia y lo que
estaban celebrando. Francisco les preguntó a los esposos quién ha tenido más
paciencia, a lo que ambos respondieron al mismo tiempo: "Los dos, pero con amor".
Parte
de la historia de este matrimonio es que antes de conocerse, Mariano trabajaba
de lapidario de diamantes, era el encargado de labrar piedras preciosas, sin
pensar que una de esas que tuvo en sus manos, años más tarde, iba a ser el anillo
de compromiso de Anna. Cuando se casaron, Mariano tenía 31 años y Anna 22.
"Nos
casamos hace 60 años, En una hermosa iglesia, teníamos un gran amor. En los
siguientes años, ella me ha querido mucho, pero yo le he correspondido. Por
ello hemos permanecido juntos. De vez en cuando hemos peleado, pero con calma,
sin exagerar", manifestó Mango a Rome Reports.
Los
esposos han sabido enfrentar los retos que la vida les ha puesto con una
herramienta esencial: La oración. Mariano contó que Anna por las tardes muchas
veces le ha pedido que rece con ella, y él, a pesar de estar cansado, la acompaña
para contentarla.
Ellos
tuvieron tres hijos, uno de ellos dependiente ellos por una discapacidad. "Él
siempre me decía: "Eres muy valiente", y eso me animaba y me hacía seguir
adelante el resto de la vida. Un año después de la boda nació nuestra primer hija,
a la que recibimos con mucho amor, luego la segunda, la recibimos con mucho
amir, y el tercero, con más amor todavía. Un hombre, que tiene un poco de discapacidad,
pero eso no es importante", explicó Anna.
Actualmente, esta familia tiene una tienda de
artículos religiosos, antes labraban joyas, ahora lo hacen para los objetos
sagrados.
Fuente: Rome Reports.