Mensaje de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR)
Estimados todos en el Señor:
En esta fecha en que la Iglesia
celebra la Anunciación de nuestro Señor Jesucristo, rememoramos la apertura de
María a la vida, a la Vida de Cristo que el Padre quiso se encarnara en su seno
y que fuera acompañada en la familia que formó con José.
El Día del Niño por Nacer nos
brinda la oportunidad de reflexionar sobre el regalo precioso que es cada vida
humana. Cada niño concebido en el seno materno lleva consigo la imagen y
semejanza de Dios, y merece ser acogido, protegido y amado por la sociedad en
su conjunto. Nos dirigimos a todas las personas de buena voluntad,
particularmente a todos los bautizados, para una, vez más, proclamar "el
Evangelio de la Vida".
La dignidad de cada ser humano,
desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, es un principio
fundamental de la doctrina social de la Iglesia. Es una verdad que ha recibido
del mismo Dios y debe profesarla y enseñarla en plena fidelidad, amarla y
buscar su comprensión más exacta, así como traducirla en conductas conformes a
ella (Cfr. Mt. 28,19; Redemptor hominis 19).
La grandeza e inviolabilidad de
toda vida humana, a partir de la concepción, entendida como la fusión de los
gametos femenino y masculino, nos impulsa a recordar a todos que, cuanto ponga
en riesgo la integridad de esa vida, lesiona gravemente la dignidad humana y
uno de los principios básicos para la convivencia social.
Hacemos un llamado a la toma de
conciencia acerca del efecto perjudicial para la salud de la mujer del fármaco,
así llamado, "la píldora del día siguiente" - una dosis alta de levonorgestrel
- ya que puede afectar el revestimiento del útero. De este modo, en algunas
ocasiones, puede actuar como abortivo, al impedir la implantación en el útero
de un embrión, que es ya una vida humana. Se manifiesta bien claro en este caso
que no todo lo legal es moral.
Adicionalmente, nos preocupa la
carencia de estudios que permitan sostener la seguridad de estas dosis
altísimas de hormonas, particularmente en mujeres adolescentes que los usen
repetidamente. En un contexto de libre venta de este método, la salud de las
mujeres podría verse seriamente afectada.
Nuestro compromiso con la vida se
extiende a la promoción de políticas y programas que apoyen a las mujeres
embarazadas en dificultad, a las familias que enfrentan situaciones difíciles y
a aquellos que están en el final de sus vidas. La Iglesia apoya una educación
integral en sexualidad, que podría evitar mucho dolor y enfermedad, y conducir
a las personas según el designio original del Creador. Es nuestra
responsabilidad como sociedad, brindar el apoyo necesario para que todas las
personas puedan vivir con dignidad y plenitud.
En un mundo donde se ha difundido
cada vez más la cultura de la muerte y sus postulados, apelamos a la conciencia
de todos, particularmente de quienes legislan e interpretan la ley, a recordar
los postulados de nuestra Constitución acerca de la inviolabilidad de la vida
humana, de la más respetable tradición humanista de nuestra Patria y de la
razón, que en última instancia se dirige a preservar la vida.
Ponemos bajo el amparo de la
Virgen María, madre de Jesús, particularmente hoy, a toda vida humana no
nacida, a las mujeres que la esperan en su seno y sus familias.
Dado en San José, a los 25 días
del mes de marzo de 2024, Solemnidad de la Anunciación del Señor.