Miembros de la Vida Consagrada participaron de congreso
·
Expositores concientizaron sobre las
diferentes situaciones de abuso que pueden darse
David Mora, periodista
La Conferencia Episcopal de
Costa Rica (CECOR), en colaboración con la Comisión Nacional de Protección al
Menor y Adultos Vulnerables (CONAPROME) llevaron a cabo del pasado 8 al 10 de
febrero el I Congreso sobre Prevención de Abusos, de este participaron los miembros
de la Vida Consagrada.
Las tres sesiones de este
congreso se realizaron de forma semipresencial: el 8 y 9 de febrero se realizaron
reuniones virtuales, mientras que el sábado 10 de febrero, todos los
participantes fueron a la Universidad La Salle. El taller se basó en los
diferentes tipos de abuso que se pueden generar en la vida religiosa; como lo
es el de poder, conciencia y espiritual. Este último fue definido como la "madre
de todos los abusos" por la secretaria de CONAPROME, Lisandra Chaves.
La comunicadora, en su
exposición, habló sobre el abuso espiritual como un mal que es necesario
detectar para prevenir abusos mayores, teniendo en consideración que cualquier
persona puede ser víctima o victimario, por lo que hay que trabajar en un
liderazgo positivo y evitar todo lo que implique una coacción.
Por su parte, el secretario
ejecutivo de CONAPROME, Juan Carlos Oviedo, expuso sobre los abusos de poder,
explicó que el poder por su naturaleza no es malo, porque Dios tiene autoridad,
pero que en la Iglesia han existido "zonas grises" donde se da un mal uso de
ese poder, ya que este debe entenderse como un servicio, como Jesucristo lo
enseña en el Evangelio.
El 10 de febrero, en la sesión
presencial, se contó con la presencia de una sobreviviente de abuso, quien
brindó su testimonio ante los presentes, después el sacerdote especialista en
el Código de Derecho Canónico, Oscar Ugalde, brindó una exposición sobre cómo
las leyes de la Iglesia abordan el abuso de poder, resaltando la "tolerancia
cero" que el Papa Francisco ha pedido ante cualquier situación abusiva, además de
una ponencia de la doctora Ana María Marín sobre el trato que hay que darle a
las víctimas, poniéndolas al centro del cuidado, la escucha y la protección.
Durante toda la actividad se
tuvo la participación de congregaciones e institutos de vida consagrada a nivel
centroamericano, muchos religiosos se mostraron agradecidos y hablaron sobre la
necesidad de hablar el tema sin "tabúes", tomando acciones que lleven a desarrollar
ambientes seguros y sanos dentro de la Iglesia, entre ellos la implementación
de protocolos de prevención, que no todas las congregaciones tienen hecho o no
lo han puesto en práctica.
Fuente: Conferencia
Episcopal de Costa Rica.