Mensaje de la Comisión Nacional de Cultura y Educación de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CONACE) con motivo del inicio del curso lectivo 2024
El
primer compromiso que propone el Papa Francisco en el Pacto Educativo Mundial,
es el de colocar como centro de todo proceso educativo a la persona, entender
esto, es aclarar cuál es el objeto de la educación en la verdadera formación de
las nuevas generaciones.
Es por
esto que al inicio del curso lectivo 2024, la CONACE, no puede dejar pasar esta
maravillosa oportunidad para recordar a toda la sociedad costarricense, la
importancia de los procesos educativos en la transformación de la persona y por
ende de la misma sociedad.
Es
cierto que estos tiempos que vivimos son tiempos difíciles, pero ¿qué época de
la historia no los ha tenido? La verdad es que la queja y la desesperanza, no
resuelve la realidad que enfrentamos, por esta razón, frente a este inicio del
curso lectivo se nos presenta la oportunidad de afinar nuestra visión para reflexionar sobre expectativas,
posibilidades y anhelos, de manera muy especial de la niñez y la juventud
costarricense, pero también de cada una de las personas educadoras que con
entusiasmo y valentía asumen de nuevo la tarea de formar y posibilitan así, la
transformación de las nuevas generaciones.
Por lo
anterior, queremos expresar nuestros pensamientos acerca de la importancia de contribuir
decididamente a una formación integral de la persona, es decir, una educación
que asuma todas las dimensiones de la persona y le lleve a descubrir su potencial,
pero sobre todo su trascendencia, no solamente de frente a este momento
histórico, sino a los momentos históricos que le deparará el porvenir. La
persona debe recibir los insumos necesarios que le capaciten en el pensamiento
crítico, para ver la crisis como una oportunidad y poder dar respuestas siempre
esperanzadoras a las situaciones que necesariamente deberá enfrentar en su
futuro.
Los procesos educativos de la niñez y la
juventud no son solo responsabilidad de la estructura gubernamental, sino de
todos, por esto será conveniente tener en cuenta algunos retos,
·
Que la
persona sea el centro de todo el proceso educativo, esto
obliga a pensar en las formas de interacción que vamos a promover en la
comunidad educativa y necesariamente comprende un proceso educativo en libertad
y para la libertad, en la que cada persona sea atendida diligentemente para
responderle a sus necesidades.
·
El
ejercicio de promover la fraternidad en los centros educativos, no
puede ser dejada de lado, debe ser responsabilidad de toda autoridad en el
centro educativo, de modo que se entienda que la convivencia fraterna, es decir,
de los hermanos, no permite, el abuso, el temor, ni ningún tipo de
discriminación.
·
Ser
parte de la solución y no del problema, esta es una decisión urgente
en los procesos educativos, de manera que cada persona en el sistema educativo
comprenda que generar soluciones, incentiva la creatividad despierta la
inteligencia y vuelve a la persona más solidaria.
·
Es necesario abrir espacios de diálogo con los padres y madres de familia, de
modo que estos sean colaboradores cercanos con el personal docente, para
encontrar acciones que permitan la trasformación de los centros educativos, en
verdaderos centros de aprendizajes para la vida y el modelo de la convivencia
social.
·
El ejercicio de la vivencia de los valores
universales y los principios cristianos debe recordar a todo creyente que educar es un acto de amor, como lo ha
señalado el Papa Francisco, y que este acto debe realizarse para la búsqueda de
la verdad que promueva el respeto, la empatía, la equidad y la justicia.
Elevamos
nuestra oración para que Dios que es amor, bendiga a la niñez y juventud de
nuestra Patria, así como a cada persona educadora, para que gestemos una
sociedad en convivencia fraterna para todas las personas.
Monseñor Mario Quirós Quirós
Obispo de la Diócesis de Cartago
Vicepresidente de la Conferencia
Episcopal de Costa Rica
Presidente de la Comisión Nacional de
Cultura y Educación