¿Sabías que? Para crear un nuevo hábito requieres por lo menos 21 días de constancia y disciplina. Mientras que para perderlo necesitas muchos menos.
Cuando queremos alcanzar alguna meta es necesario comenzar a tener buenos hábitos que nos lleven a ver nuestro objetivo realizado. Incluso más allá de solo dedicarle 21 días, ya que es un esfuerzo diario.
En un inicio, tener motivación es sencillo, pero con el paso de las semanas, se va perdiendo la ilusión, comenzamos a desmotivarnos y dejamos nuestro propósito por adquirir nuevos hábitos y virtudes.
En la actualidad, el ser humano está acostumbrado a lo inmediato. No hay una espera tranquila, sino que esperamos resultados mágicos en segundos y esa es una gran problemática debido a que, por ello, muchas veces nos desilusionamos a mitad del camino, cuando se trata de alcanzar nuevas metas.
Como primer paso para alcanzar nuestra meta es necesario ser conscientes de nuestra realidad y conocer dónde estamos parados. En el pasado, seguro te ha sido difícil mantener la constancia debido a que a veces nos proponemos tantas cosas que no llevamos una guía o alguien que nos ayude a mantener la motivación.
El pbro. Miguel Guerra recomienda tener un plan de acción y qué mejor que éste se realice considerando al Espíritu Santo, pues nadie mejor que Él para guiarnos en este camino hacia nuestros propósitos y hacia nuevos hábitos que se convertirán en virtud.
Qué mejor que todo propósito esté siempre cimentado en nuestra vida espiritual, por lo que el padre nos propone detectar cuáles son nuestros defectos predominantes ya que, de este modo, podremos ver cuál es su raíz y cuáles otros defectos se desprenden de ahí. Esto nos ayudará a trabajar desde la raíz.
Esta propuesta es ideal para aquellos que no logran alcanzar sus objetivos, ya que quizás debamos hacer un cambio o esfuerzo mayor, interiorizando más en nuestra vida espiritual.
Escribe puntualmente cuáles son las metas que te has propuesto y quieres alcanzar.
Escribe todo aquello que te impide alcanzar tus metas o que consideres como un reto.
Escoge la virtud que te ayudará a alcanzar tus metas, las Sagradas Escrituras dicen al respecto: «Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento». (2 Pe 1,5)
Cada que sientas un impedimento, no dudes en llamar al Espíritu Santo que será tu guía en el proceso.
Fuente: aleteia.org / Karen Hutch