Celebración fue este sábado 16 de diciembre en la explanada de la Basílica de Luján
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¿Qué significa declarar beata a una
persona?
David Mora, periodista
Desde este sábado 16 de
diciembre, la Iglesia Católica cuenta con un nuevo beato, el Cardenal Eduardo Pironio,
algo que llena de alegría a los argentinos, de donde era originario el
purpurado. Este acto se llevó a cabo en una Santa Eucaristía celebrada en la
explanada de la Basílica de Nuestra Señora de Luján, presidida por el Cardenal
Fernando Vérgez, quien fue el enviado papal para la elevación a los altares.
Después de realizar la
beatificación, el purpurado habló en su homilía sobre la relación del Santuario
de Lujan con la figura del nuevo beato, ya que en ese templo fue ordenado
sacerdote el 2 de diciembre de 1943 y luego el 31 de mayo de 1964 recibió la
ordenación episcopal, sin dejar de lado que ahí se encuentran sus restos
mortales. Añadió que "hoy es un día de fiesta y de alegría para todos. Es un
día de fiesta también para mí y para todos los que conocieron al Cardenal
Eduardo Pironio".
El Cardenal Vérgez también
mencionó en su intervención que el Papa Francisco conoció en Argentina al hoy
beato, a quien el Santo Padre describe como un "humilde pastor según el
espíritu del Concilio Vaticano II, testigo de esperanza y paciencia
evangélicas, defensor denodado de la cauda de los hermanos más pobres".
"¿Qué significa que el
Cardenal Pironio sea declarado hoy beato? Cuando un hombre o una mujer son
declarados beatos por la Iglesia, significa que han alcanzado la plenitud de la
felicidad, de la alegría, de la contemplación de Dios en la gloria del Cielo.
La Iglesia confirma que la persona está en la íntima comunión con Dios y lo
hace después de un largo proceso, en el que se examina su fama de santidad, sus
virtudes heroicas, es decir, su vida ejemplar, sus escritos, y la comprobación
de un milagro atribuido a su intercesión, estudiado por un grupo de médicos
especialistas, con una investigación muy seria", explicó el enviado papal.
Precisamente este milagro atribuido
al Cardenal Pironio se trata de la curación de un niño de 15 meses de nacido (ahora
tiene 17 años), ocurrida en 2006. Se trata de Juan Manuel Franco, quien entró
en un coma a causa de inhalar purpurina accidentalmente. Por 13 días la familia
rezó ante una estampita con la imagen de Pironio, y posteriormente el menor
despertó sin ningún rastro de elementos tóxicos en su sangre. El encargado de
llevar las reliquias del nuevo beato fue precisamente este joven, en compañía
de su familia.
Ante los 80 obispos argentinos,
religiosos y sacerdotes presentes en la celebración, el enviado papal expresó
que Pironio "fue un ejemplo vivo de fidelidad al Evangelio, a la Iglesia y al
Magisterio del Papa...Su vida espiritual se nutrió de la piedad eucarística, de
gran devoción mariana y de la veneración de los santos".
La fiesta litúrgica del Beato
Eduardo Pironio será cada 4 de febrero.
Fuente: ACI Prensa.