"Pido disculpas por haber faltado al perdón de Cristo"
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El anuncio lo hizo el pasado 31 de octubre por
medio
de
sus redes sociales, sin dar más detalles.
Pbro.
Luis Hernández Solís, Periodista.
El
pasado 31 de octubre, las redes sociales se conmocionaron con el posteo del
actor y comediante Rob Schneider, al anunciar su reciente conversión al
catolicismo.
Rob
es hijo de un padre judío y su madre, originaria de Filipinas, es católica. Ha
estado casado tres veces y tiene tres hijas de dos de esos enlaces, la mayor de
ellas es la cantante Ellen King.
El
actor y humorista debutó de 1988 a 1994; que participó como humorista de uno de
los programas más importantes de la NBC y en el cine en grandes producciones,
llegó a sus 60 años, ocasión que le valió para dar a conocer su fe.
A
través de la red X (Twitter), el actor manifestó: "te das cuenta de la
auténtica fragilidad de la vida y de la caducidad de todo: un humilde
reconocimiento de que hay un límite temporal para todas las cosas y de que el
designio de Dios, aunque perfecto, es hermoso más allá de su brevedad".
"A
los ateos: Dios os ama", continúa: "El error que cometéis es pensar
que el Universo es algo estúpido que da lugar a cosas y se expande ignorante,
sin razón ni inteligencia. Y que, de alguna forma, los seres humanos, con
nuestra inteligencia, somos una especie de ?raro? accidente. A vosotros os
digo: si hay algo de amabilidad, empatía, compasión y amor... es porque lo
encuentras en los demás".
"Dado
que soy un reciente converso al catolicismo, pido disculpas por haber faltado
al perdón de Cristo con mis semejantes. Estaba muy irritado con quienes
cerraron las escuelas -en realidad, cerraron el mundo entero- y obligaron a
otros a hacer cosas contra su voluntad que además hirieron profundamente a
mucha gente. Les ofrezco mi perdón incondicional", afirma, y detalla ese
perdón -con cierto tono irónico- respecto a algunos casos de personas que le
marginaron o denigraron por rechazar el confinamiento, la mascarilla y la
vacunación.
"Me
obliga a ser humilde", concluye, "el ejemplo de mi madre Pilar, que
fue capaz deperdonar a los ocupantes de Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial,
que mataron a sus dos hermanos. A fin de cuentas, el perdón mismo es un regalo
que nos hacemos a nosotros mismos, porque nos libera como Cristo quiere que
seamos libres. Pues Su regalo del perdón final y sin límites es realmente un
regalo para toda la humanidad. Que Dios os bendiga a vosotros y a vuestras
familias ahora y siempre".