El mundo se une en un clamor por Tierra Santa
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Intención se tendrá presente en las
celebraciones eucarísticas y en momentos de plegaria
David Mora, periodista
Debido a los ataques bélicos
sufridos en Israel desde el pasado 7 de octubre, el patriarca latino de Jerusalén,
el Cardenal Pierbattista Pizzaballa, junto a los obispos de Tierra Santa, han
pedido al mundo entero una jornada de ayuno, abstinencia y oración para clamar
a Dios por la paz y la reconciliación. La convocatoria la realizaron para este
martes 17 de octubre.
Por ello, la Arquidiócesis de
San José emitió un comunicado dirigido al clero, religiosos, religiosas y a
todos lo fieles en general, firmado por el delegado episcopal de Liturgia, el
Padre Francisco Morales, donde indicó que "ante la gravísima situación bélica
que ha estallado en los últimos días, en las zonas circunvecinas a la tierra de
Jesús, los hijos de la Iglesia no podemos permanecer indiferentes, ya que el dolor
y la angustia de un miembro del cuerpo es también dolor y angustia de todo el
cuerpo".
El llamado que los obispos que
se encuentran en oriente medio fue el siguiente: "Pedimos que el martes 17 de
octubre, todos hagan un día de ayuno y abstinencia, y de oración. Los momentos
de oración deben organizarse con la adoración eucarística y con el rosario a la
Santísima Virgen. Probablemente en muchas partes de nuestras diócesis las circunstancias
no permitan la reunión de grandes asambleas. En las parroquias, en las comunidades
religiosas, en las familias, todavía será posible organizarse para tener
momentos de oración sencillos y sobrios".
Aceptando este llamado, el
arzobispo metropolitano de San José, Monseñor José Rafael Quirós, realizó el
llamado para, según sean las posibilidades de cada persona; ya que hubo muy
poco tiempo para realizar esta convocatoria, se pueda responder a este claro
que piden los prelados en Tierra Santa. Por ello, el Padre Morales manifestó
que esta intención se puede agregar en la Oración de los Fieles dentro de la celebración
de la Santa Eucaristía, en el rezo de la Liturgia de las Horas y en la oración
personal.
Aunque el ayuno y la
abstinencia pueden parecerse y ambos tienen un sentido penitencial, estos dos
conceptos no son lo mismo, aunque existe la posibilidad de que practiquen
juntos o por separado; el ayuno se trata de realizar solamente una comida
fuerte en todo el día, mientras que la abstinencia es guardarse de injerir
carne o alimentos que provengan de animales, como lo son los huevos o las
sopas.
En el canon 1252 del Código de
Derecho Canónico, se establece que "la ley de abstinencia obliga a los que han
cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan
cumplido cincuenta y nueve años", además pide a las autoridades eclesiásticas
que "se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber
alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia".
Los días de ayuno y abstinencia
son el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, los días donde se guarda la abstinencia
de carne son los viernes; a excepción de cuando coincide con una solemnidad. En
esta ocasión, la convocatoria que han hecho los obispos en Tierra Santa es extraordinaria,
pues no está estipulada en las jornadas habituales.