Cardenal Hollerich habló sobre Instrumentum laboris y la experiencia sinodal
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Reglas básicas que no cambian
David Mora, periodista
El relator general del informe
introductorio de la primera Congregación de la XXVI Asamblea General del Sínodo
de los Obispos, el Cardenal Jean-Claude Hollerich, habló de la experiencia
sinodal inspirándose en el Instrumentum Laboris y la disposición circular de
los asientos en el Aula Pablo VI del Vaticano para dejar claro el
discernimiento que la Iglesia toma sobre lo que Dios quiere de ella.
El purpurado se refirió a la horizontalidad
de la experiencia sinodal, recordando que no se trata de un debate parlamentario,
sino de la necesidad de ampliar la visión del mundo, más allá de los grupos o posturas
conservadoras o progresistas, y captar con ello la misión de la Iglesia, poniendo
siempre a Cristo en el centro.
La disposición circular de las
mesas no fue decisión de la Secretaría del Sínodo por cuestiones prácticas,
sino queriendo reflejar que el camino sinodal iniciado en 2021, cuando el Papa
Francisco convocó a toda la Iglesia a vivir esta experiencia, no desea mostrar
un orden jerárquico, sino fomentar la participación de cada miembro.
"Las mesas redondas nos
recuerdan también que ninguno de nosotros es el protagonista del Sínodo. El
Espíritu Santo es el protagonista y sólo con un corazón plenamente dispuesto a
dejarse guiar por el Espíritu podemos responder a la llamada que hemos recibido
como miembros del Sínodo. Hablar del Espíritu Santo no es olvidar que nuestra mirada
está puesta en Cristo. Al contrario, el Espíritu Santo hace presente a Cristo aquí
entre nosotros", explicó el Cardenal.
Con respecto a la
participación de todos los miembros de la Iglesia, el purpurado recordó que
está no son sólo los ministros ordenados, sino todos los bautizados; de quienes
se obtiene la visión del mundo entero en la perspectiva de la sinodalidad, con
temas como las migraciones, las guerras, el cambio climático, la polarización
extrema en la sociedad y la interior de la Iglesia, estilos de vida
consumistas, entre otros. Hollerich aseguró que la raíz de todo esto es el
pecado y por eso recordó que el Santo Padre recuerda la necesidad de "una
conversión que cambie nuestro comportamiento cotidiano".
A semejanza del cambio de la gramática
en las lenguas cuando evolucionan, el relator general comentó que también el
lenguaje de la sinodalidad cambia con el tiempo, por lo que "la lectura de los
sinos de nuestro tiempo debe ayudarnos a descubrir una gramática de la
sinodalidad adecuada a nuestro tiempo". Aunque "hay algunas reglas básicas que
nunca cambian. Para nosotros, éstas son las reglas de la catolicidad, como la
dignidad que deriva del Bautismo, el papel de Pedro en la Iglesia, la colegialidad
episcopal, el ministerio ordenado, el sacerdocio común de los fieles y el hecho
de que están ordenados unos a otros".
"Mientras trabajamos en esta
tarea, debemos tener siempre presente que un Sínodo no es un Parlamento. En el Parlamento,
los políticos debaten el texto. A propuesto por la mayoría. La oposición
propone el texto B. En el mejor de los casos, algunos puntos del B se introducen
en el A...Pero, en cualquier caso, es una estrecha mayoría la que decide lo que
toda la población debe aceptar...No se trata de una batalla entre posiciones A y
B", mencionó el religioso para hablar sobre el discernimiento y la acción del
Espíritu Santo.
Hollerich concluyó diciendo
que espera en octubre poder elaborar una hoja de ruta que indique los pasos a
seguir y dónde se necesita hacer una reflexión más profunda.
Fuente: Vatican News.