Bergoglio se confesó en la fiesta de San Mateo de 1953
·
El encuentro con alguien que lo esperaba
David Mora, periodista
La fiesta del apóstol San
Mateo cada 21 de setiembre le recuerda al Papa Francisco un momento muy
especial en su vida, cuando en esta misma fecha, pero del año 1953, el joven
Jorge Mario Bergoglio se acercó para confesarse en la parroquia a la que él
asistía frecuentemente.
El Santo Padre manifestó en la
Vigilia de Pentecostés de 2013; ante movimientos y asociaciones eclesiales, respondiendo
a una muchacha que le preguntó sobre cómo hizo para alcanzar la certeza de la
fe en su vida, que en esa ocasión descubrió un llamado a la vida sacerdotal,
porque "alguien me esperaba, me estaba esperando desde había tiempo".
El 21 de setiembre, además de
ser el día del santo apóstol que dejó atrás la vida como recaudador de
impuestos para Roma, también coincide en Argentina con el día de la primavera y
el día del estudiante. Jorge estudiaba en aquel entonces, por lo que tenía en
sus planes asistir a una fiesta con sus compañeros. "Antes de ir a la fiesta,
pasé por la parroquia a la que asistía, y encontré a un sacerdote al que no
conocía y sentí la necesidad de confesarme. Esto fue para mí una experiencia de
encuentro: encontré a alguien que me esperaba", relató el Sucesor de San Pedro.
El joven Bergoglio sintió que
después de haber recibió el Sacramento de la Reconciliación, algo había
cambiado en él; aunque 63 años después, cuando contó esta historia (actualmente
ya pasaron 73 años), dice no recordar qué fue exactamente lo que pasó, ni
porqué estaba ese sacerdote confesando en ese momento, ya que él no lo conocía,
solo que estaba completamente seguro de una cosa.
"Yo no era el mismo. Había
oído justamente como una voz, una llamada: estaba convencido de que tenía que
ser sacerdote. Y esta experiencia en la fe es importante", comentó el obispo de
Roma.
Pero no todo queda en esa
historia, San Mateo tiene una gran importancia para el pontífice argentino. En
1992, cuando fue electo obispo de Auca y auxiliar de Buenos Aires, escogió como
lema de su episcopado la frase "Miserando atque eligendo" (Lo miró con
misericordia y lo eligió), una expresión de San Beda que hace referencia al
santo apóstol. Bergoglio decidió conservar estas palabras en su escudo pontificio
al ser elegido Papa. También suele recomendar a los fieles la lectura del
capítulo 25 del Evangelio de Mateo sobre las obras de misericordia.
Fuente: ACI Prensa.