Mensaje de los Obispos de la Conferencia Episcopal a la Iglesia y al pueblo de Costa Rica al finalizar la CXXVI Asamblea Ordinaria
«No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa» (Isaías 41, 10)
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica nos hemos reunido en la CXXVI Asamblea Ordinaria, entre el 4 y el 7 de setiembre. Como pastores del Pueblo de Dios, les manifestamos nuestra cercanía espiritual y enviamos nuestra bendición a toda la Nación.
Tras haber constatado, una vez más, la fervorosa devoción que nuestro país tiene por nuestra Madre, la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, exhortamos a vivir la fe de manera comprometida, a dar razón de nuestra esperanza (cfr. 1 Pedro 3, 15) y a seguir buscando los lazos y valores que nos unen como patria y que nos atraen la bendición de Dios.
Hacemos eco del Papa Francisco en el camino sinodal por el que se desea una Iglesia que «está buscando cómo renovar la propia misión para ser una comunidad acogedora y hospitalaria, para encontrar a Cristo en aquellos a quienes acoge y ser signo de su presencia y anuncio creíble de la verdad del Evangelio en la vida de todos» (Instrumentum Laboris para la primera sesión, octubre 2023).
La fe en Jesucristo, que es fuente de toda alegría, nos ayude a caminar juntos hacia un mejor futuro, a no dejar a nadie rezagado: pensamos en las personas desempleadas y marginadas por la pobreza y la exclusión, en adultos mayores y niños abandonados, en tantas mujeres que viven la discriminación, en aquellas personas que han sido víctimas de la criminalidad y sufren el desconsuelo de haber perdido seres queridos, en productores agrícolas que ven cada vez más cómo quedan en el olvido de las autoridades públicas, las personas que viven en las costas, en comunidades indígenas que luchan por una vida digna, en migrantes que se ven ultrajados en sus derechos humanos y en otros tantos a los que la sociedad les ha dado la espalda. Como nación, debemos revitalizar la Costa Rica que privilegia el bien común y la justicia social.
Entre tantos hermanos que sufren, hacemos una mención especial a aquellos que son afectadas por los desastres naturales; es urgente que puedan implementarse soluciones concretas en favor de las comunidades más propensas a las catástrofes ocasionadas por el clima y hacemos un llamado urgente a cuidar la casa común y a contribuir con la protección del medio ambiente.
Abogamos porque se coloque la visión cristiana de la persona humana en el centro de la sociedad y que se dispongan medidas que fortalezcan la familia. Que se proteja la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, defendiendo nuestra soberanía de imposiciones extranjeras e ideologías perversas que someten, especialmente al no nacido, a recibir un trato como ser humano de segunda clase.
Exhortamos a repensar el modelo de nuestra sociedad. Hemos reflexionado sobre los datos arrojados por el Censo 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), los cuales nos hablan de una sociedad que tiene el doble de personas adultas de 65 años o más, a las cuales debemos proteger y procurar una vida digna. La natalidad ha bajado a niveles alarmantes; sin niños no tenemos futuro.
Del mismo modo, enfatizamos, una vez más, la necesidad de recuperar caminos de diálogo para el bien de todos y evitar peligrosas polarizaciones. Las discusiones estériles se han apoderado de nuestra sociedad, impidiendo avanzar hacia la toma de decisiones necesarias que permitan a nuestro país caminar hacia un mejor futuro.
En temas como la educación hemos manifestado nuestras propuestas para un Pacto Nacional y así establecer las vías que permitan recuperar su calidad, para llegar a todos los sectores y para preparar a nuestros niños y jóvenes a este nuevo contexto, todavía poco explorado, como el que ofrece la revolución 4.0 y la inteligencia artificial. Es urgente valorar más y estimular a nuestros docentes, devolviéndoles el ejercicio de la legítima autoridad hacia los alumnos.
Igualmente, para el campo laboral se requiere despejar el horizonte para adaptar miles de empleos a esta nueva era. Reconocemos un crecimiento
económico en el país en los últimos meses, así como la recuperación de empleos; pero necesitamos que estos esfuerzos mantengan la constancia para el desarrollo integral de todos, especialmente de los más pobres y olvidados.
Es necesario el compromiso de todos y las decisiones de nuestras autoridades para enfrentar la ola de violencia y criminalidad. Requerimos la voluntad política para acompañar y dotar a los lugares más afectados de mejores servicios para velar por la seguridad social de nuestros habitantes y la protección de su dignidad. La educación integral con valores y el desarrollo de los sectores deprimidos, van de la mano.
Al estar cerca de cumplirse 200 años de que la Virgen de los Ángeles fue declarada patrona de Costa Rica, por la Asamblea Constituyente del entonces Estado de Costa Rica, el 23 de setiembre de 1824, y los 100 años de que el Congreso de la República renovó dicha declaratoria en 1924, nos encomendamos a su maternal protección y animamos a todo el pueblo creyente y personas de buena voluntad que reconocen en ella su cercanía, a manifestar de distintas formas, desde ya, nuestras muestras de amor y devoción. Como Conferencia Episcopal animaremos diversas iniciativas para tal fin, las cuales serán secundadas por cada Diócesis, para lo que hacemos un especial llamado a todos los sacerdotes y comunidades para que asuman en sus parroquias, con gran alegría, estas acciones.
Como Iglesia hemos hecho un fuerte trabajo en los últimos tres años para repensar nuestras formas de evangelización y nuestro diálogo con la sociedad. En las distintas instancias de la Conferencia Episcopal de Costa Rica se trabaja para servir de una mejor manera y transmitir la fe como lo quiere el Señor, siendo cada vez más «casa de puertas abiertas», como nos ha pedido insistentemente el Santo Padre Francisco y como se quiere propiciar en el Sínodo que se realizará en su fase final el próximo mes de octubre y que desarrollará el tema «Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión».
Nos complace también haber visto a millones de jóvenes que se han reunido con Su Santidad en Lisboa, en la anterior Jornada Mundial de la Juventud. Igualmente, damos gracias y nos sentimos alegres por el Día Nacional de la Juventud, celebrado en San José el pasado mes de julio. Estamos seguros de que representan a tantos otros jóvenes deseosos de conocer y seguir a Jesucristo.
Asimismo, mención especial merece la Universidad Católica de Costa Rica al haber obtenido el título de «Universidad Reconocida por la Santa Sede» y entrar a un selecto grupo de 54 universidades que se destacan por su excelencia académica y la formación católica que brinda. Esto anime a estudiantes y a profesores a seguir buscando la educación que forma mejores personas y mejores profesionales.
Finalmente, les compartimos que esta Asamblea Ordinaria también ha sido electiva, presentando para el servicio pastoral en la directiva de este órgano de comunión, durante el siguiente trienio a: Mons. Javier Román Arias, obispo de Limón, como presidente; Mons. Mario Enrique Quirós Quirós, obispo de Cartago, como vicepresidente; Mons. Bartolomé Buigues Oller, Obispo de Alajuela, como secretario general y a Mons. José Rafael Quirós Quirós, arzobispo de San José, como tesorero. Les encomendamos a Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de Costa Rica, para que interceda en esta misión encomendada y pedimos a todos su oración por los frutos de este trabajo.
Seguros de que el Señor nos acompaña siempre y nos fortalece (cfr. Isaías 41, 10), mantengámonos firmes en la fe y la esperanza, enviamos también nuestro mensaje de aliento y cercanía a la Iglesia presente en Nicaragua.
En el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, a los 7 días del mes de setiembre del año del Señor 2023.
Mons. Javier Román Arias
Obispo de Limón
Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
Mons. Bartolomé Buiges Oller
Obispo de Alajuela
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Costa Rica