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Arzobispo

El peatón es mi hermano

Mons. José Rafael Quirós Quirós, arzobispo metropolitano de San José

Cada de 17 de agosto se celebra el Día Mundial del Peatón, una fecha importante pues tiene como finalidad, además de difundir la cultura vial en todas sus formas, promover espacios adecuados y seguros para quienes como peatones realizan esta forma de desplazamiento en las calles.

Como Iglesia nos sentimos identificados con estas iniciativas, totalmente afines con nuestra preocupación por el respeto a la vida y dignidad humana, así como con nuestro compromiso con el bienestar de la sociedad. Realmente, esta es una tarea que nos involucra a todos.

Todo ser humano tiene una dignidad inherente y un valor intrínseco. Promover la seguridad vial y el respeto a los peatones es coherente con este principio, ya que busca proteger y preservar la vida humana en todas sus formas.

Apelo, inicialmente, a la responsabilidad individual, empezando por quienes manejan un vehículo para que sean los primeros en respetar las normas de tránsito y conduzcan de manera segura; manteniendo una conducta responsable al volante. El cuidado de la propia vida y de los demás, son valores fundamentales y permanentes.

Que esta fecha también genere conciencia sobre la necesidad de fortalecer las políticas públicas que promueven la seguridad vial, insistiendo en los límites de velocidad adecuados en zonas residenciales y áreas con alta concentración de peatones, así como la mejora de la infraestructura para garantizar la seguridad de estos.

Considero necesaria la organización comunitaria que promueva la seguridad vial, mediante espacios educativos, distribución de materiales informativos y promoción de buenas prácticas de conducción. Aplicar como norma la cortesía detenerse o ceder el paso a las personas en los cruces peatonales y zonas de especial peligrosidad, como quienes deben caminar por carreteras de alto tránsito en nuestros pueblos.

El amor al prójimo exige a todo conductor respetar los derechos del peatón; si fomentamos el respeto y la amabilidad hacia los peatones contribuiremos a promover formas de movilidad más sostenibles. Esto, colateralmente ayudará al medio ambiente pues se reduciría la congestión del tráfico y disminuiría la contaminación del aire.

Apliquemos las sabias enseñanzas de Jesús: "Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes". La forma en que muchos conducen sus vehículos, hace de nuestras calles verdaderos escenarios de violencia, por lo que, en la medida que se piense en el hermano y sus derechos, mejorará la convivencia entre los distintos usuarios de las vías.

Creo de especial importancia, que se aborden estos temas en nuestras comunidades parroquiales, que haya también momentos de oración y reflexión sobre la importancia de la seguridad vial y la responsabilidad de cuidar la vida de los demás.

Pido al Señor sabiduría y paciencia para todos los usuarios de las vías para enfrentar cualquier situación, es importante interiorizar la realidad de que no por irrespetar los límites de velocidad y las demás normas de tránsito, se llegará más rápido al destino. Cada quien ha de asumir con honesta responsabilidad, los daños causados por la no observancia de las normas establecidas.

Como peregrinos que somos en este mundo, cuidémonos unos a otros, pidamos a Dios, proteja a conductores y peatones, y que construyendo entre todos la fraternidad en las calles, lleguemos felizmente y cuando así lo determine el Señor, a nuestro destino eterno.