Purpurado llegó enviado por el Papa a trabajar por la paz y mostrar solidaridad
· El mal no tiene la última palabra y no
vence siempre
David Mora, periodista.
El secretario de Estado del
Vaticano, el Cardenal Pietro Parolín, llegó este lunes 14 de agoto a Yuba, enviado
por el Papa Francisco a realizar una visita a Sudán del Sur, donde estará dos
días en Diócesis de Malakal y el jueves en Rumbek. Él estará mostrando la
solidaridad de la Iglesia en las regiones afectadas por los desastres y a
trabajar en los esfuerzos para la paz.
El Cardenal Parolín se dirigió
este martes hacia Malakal para celebrar una Santa Eucaristía en la catedral y
después tendrá una reunión con funcionarios gubernamentales, también visitará
un centro de acogida para refugiados que regresan a Sudán. Este miércoles 16 el
purpurado presidirá otra misa, esta vez en la residencia episcopal de Malak,
irá a la escuela y al seminario menor San Carlos Lwanga y tendrá un encuentro
con las comunidades de jefes tradicionales del Ato Nilo.
Más tarde, mantendrá un
encuentro con las autoridades y el personal de la UNMISS, la misión de
mantenimiento de la paz de las Naciones Unidad en Sudán del Sur, y más tarde
hablará con sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas de la Diócesis de
Malakal. Posteriormente, el jueves 17 de agosto, Parolín viajará a Rumbek, allí
hará una misa por la paz y reconciliación.
El arzobispo de Yuba, Monseñor
Stephen Ameyu Martin, habló en una entrevista a los medios de comunicación
locales, retransmitida en Facebook por Radio Bakhita, la emisora católica de la
Arquidiócesis de Yuba sobre las pretensiones de la visita del purpurado, entre
las cuales está visitar la Diócesis de Malakal, ya que el obispo Stephen Nyodho
Ador lo invitó para que él vea por sí mismo la situación que se vive allá.
"Todos nosotros estamos
familiarizados con la situación en Malakal: la cuestión de los desastres
naturales, las inundaciones y muchas otras cosas, junto con los desastres
provocados por el hombre, pero ahora también hay una oportunidad para la paz",
comentó Monseñor Ameyú, recordando que el cardenal también le da seguimiento a
la tarea de trabajar por la paz que el Santo Padre le encomendó a la Iglesia y
a los líderes políticos de Sudán del Sur. También mencionó que es la segunda
visita en solitario de Parolín, lo cual para él es una expresión del amor del
pontífice por Sudán del Sur.
Ya el líder de la Iglesia
Católica fue al país en febrero de 2023, por lo que Monseñor Ameyú recordó la invitación
que Francisco le hizo al gobierno y al pueblo de trabajar en conjunto, donde "repitió
esta palabra: "juntos, juntos, juntos", tres veces, porque juntos significa unidad.
Juntos significa que somos capaces de experimentar la paz entre nosotros". Con
respecto al proceso de paz, el prelado contó que la Iglesia busca animar al
mundo a atenerse a los protocolos del acuerdo de paz, también se realizó la
invitación a los políticos a implantar la paz en la sociedad nacional.
"Hacemos saber a la gente que
desempeñamos muchas funciones para hacer realidad la paz y la reconciliación
entre nuestro pueblo, no gritamos como agoreros. Queremos ejercer una
diplomacia tranquila", manifestó Monseñor Ameyú, para quien las elecciones se
deben realizar antes de que finalice el 2024, pues estas son "uno de los
componentes del acuerdo de paz revitalizado". "Sé que las elecciones realmente nos
darían también un fuerte empuje, una fuerte posición cuando los líderes son elegidos
por el pueblo y para el pueblo".
Este martes 15 de agosto,
durante la Santa Eucaristía que el Cardenal Parolín celebró en la Catedral de Malakal,
recordó que "María Asunta al cielo es signo de consuelo y esperanza, y debemos
mirarla mientras somos peregrinos en la tierra, mientras experimentamos la acción
del mal, como la guerra actual en Ucrania, en Sudán y en tantas otras partes de
África, así como el mal de la guerra civil que sufre Sudán del Sur, un país que
aún lucha por curarse de sus heridas".
"Aquí han sufrido y experimentado
en primera persona conflictos, tensiones, hambre, inseguridad, inundaciones,
luchas étnicas, luchas de poder y juegos políticos. ¿Hasta cuándo, Señor, tendremos
que sufrir todos estos males? ¿Cuándo volverán la paz y la serenidad a nuestras
comunidades? Los gritos de madres, abuelas e inocentes rasgan los cielos. ¿Hasta
cuándo, Señor?", dijo el Cardenal en su homilía a los integrantes del país que
sigue teniendo la mayor cantidad de refugiados en África, con 2,3 millones de
personas viviendo en países vecinos y otros 2,2 millones de desplazados
internos, además de la guerra civil, el conflicto étnico y los devastadores
efectos del cambio climático, lo cual deja a millones de personas necesitando
asistencia.
El purpurado les recordó a los
fieles que el mal no tiene la última palabra y no vence siempre y puso de
ejemplo el acontecimiento de la Asunción de María como una garantía, pues es "signo
de consuelo y de esperanza y hoy ilumina las tinieblas y la oscuridad de la
vida", y enfatizó que la esperanza es "muy necesaria" en Malakal, como en el
resto de la nación, en el vecino Sudán y en todo el mundo.
Algo que aún está muy presente
en el corazón de los yubanéses es la visita del Papa Francisco, por lo que el
secretario de Estado del Vaticano les recordó el encuentro del obispo de Roma
con los desplazados en Juba, allí les pidió que fueran semillas de esperanza, "semilla
de un nuevo Sudán del Sur, semilla para el crecimiento fecundo y floreciente de
este país", también les invitó a no "responder al mal con más mal", sino elegir
la fraternidad y el perdón, a cultivar "un mañana mejor", a colaborar e iniciar
caminos de perdón con aquellos que son diferentes "por etnia y origen", pero
que siguen siendo vecinos.
Antes de esta visita, el
pasado domingo 13 de agosto, el Cardenal Parolín terminó un recorrido de tres
días a Angola, donde fue a celebrar la ordenación episcopal del nuevo nuncio
apostólico en Pakistán, Monseñor Germano Penemote, quien es de origen angoleño.
Fuente: Vatican News.