Monseñor José Rafael Quirós Quirós, arzobispo metropolitano de San José | Homilía en DNJ
A ustedes jóvenes, y a todos nosotros con espíritu de
jóvenes, nos ha convocado el Señor para vivir con verdadero gozo su presencia
entre nosotros, es a Él a quien celebramos como nuestro Dios que nunca nos
abandona en nuestro peregrinaje hacia la vida eterna. Es Él quien nos llena de
la energía juvenil, para no detenernos y
mirar hacia adelante con mucha esperanza, sabiendo que al igual que lo hizo con
el antiguo Israel, Él es quien conduce nuestra historia como nuevo Israel hacia
la plenitud de vida. Somos asamblea santa, pueblo de su propiedad, porque hemos
sido comprados a gran precio, ante lo cual, somos llamados a acoger tanta
misericordia y generosidad.
Queridos jóvenes, siéntanse invitados todos, a imitar al
joven José en su total disponibilidad a la voluntad de Dios, fortalezcan así su
fe, en medio de la oscuridad y confusión de esta realidad que nos está tocando
vivir a todos. José es colocado en la
línea de los patriarcas del Antiguo Testamento, esos hombres de fe como
Abraham, quien al escuchar que Dios le indicaba que dejara su tierra y se
dirigiera a tierra desconocida, obedeció movido únicamente por la fe.
Por su parte, José hombre justo y bueno, es decir fiel
cumplidor de los mandatos de Dios, al enterarse que su esposa María estaba
esperando un hijo, y que por tanto no era suyo porque todavía no vivían juntos, "no queriendo ponerla en evidencia, pensó
dejarla en secreto". Sin duda fueron momentos difíciles para él, sentiría
angustia y confusión, dado que conociendo a María y amándola de verdad, cómo
explicarse aquello. Se sentiría burlado y traicionado, pero, como hombre de fe
dejándose guiar por el Espíritu de Dios, hizo el discernimiento preciso y no se
dejó llevar por el pensamiento meramente humano. En esto radica la auténtica
sabiduría, dejarse guiar por lo que Dios indica en el momento preciso.
Por medio del ángel Dios le dice "José, hijo
de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha
concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el
nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados". (Mt. 1, 20).
Esto lo cumplió a cabalidad, sin ninguna resistencia, porque actuó por pura fe
y amor, aceptando que aquel hijo que esperaba su esposa María era por obra del
Espíritu Santo. Es así como actúa quien de verdad ama a Dios, y confía
plenamente en Él y sabe que nunca va a ser engañado.
Jóvenes, la invitación es clara, pues hoy en medio de las
medias verdades que se difunden y la incertidumbre presente, realizar la vida
siguiendo los mandatos del Señor, no es fácil pero es lo mejor. Con esto se nos
enseña a todos que la fe no se limita a conceptos, fórmulas o teorías, pues
sería ideología, nuestra fe es regalo que hemos recibido desde el día de
nuestro bautismo, por el encuentro con Jesucristo, quien nos invita a asumir un
estilo especial de vida, donde lo fundamental es pensar, actuar y vivir a su
manera. Aquí encontramos la razón, por la cual ese muchacho, José, no se
conforma con escuchar el mensaje de Dios por medio del ángel, sino que
inmediatamente actúa. No se queda en el sueño, sino que "Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el
ángel del Señor".
Cuánta falta nos hace asumir una actitud como la de José, en
este mundo que nos está tocando vivir, tan lleno de incoherencias, ambiciones
desmedidas, menosprecio por el ser humano. Hace falta cambiarlo, ejercitándonos
todos en el discernimiento y reflexión, para no vivir únicamente de las
emociones del momento, o plegarse a las imposiciones que vienen de la
manipulación ideológica que a muchos domina. Conociendo la propuesta de vida
plena que hace Jesús, lucharemos todos los días por seguir fielmente sus
mandatos, superando así el simple cumplimiento, para pasar al verdadero amor a Dios
por encima de todas las cosas, personas o situaciones. De manera muy hermosa se
nos dice en el Documento Aparecida: "San
José, el silencioso maestro, fascina, atrae y enseña, no con palabras sino con
el resplandeciente testimonio de sus virtudes y de su firme sencillez". (n.
274).
En palabras de San Juan Pablo II, "Queridos jóvenes, ya lo
sabéis: el cristianismo no es una opinión y no consiste en palabras vanas. ¡El
cristianismo es Cristo! ¡Es una Persona, es el Viviente! Encontrar a Jesús,
amarlo y hacerlo amar: he aquí la vocación cristiana". De igual forma son
iluminadoras y alentadoras palabras del Papa Benedicto XVI, "Abrid vuestro
corazón a Dios. Dejaos sorprender por Cristo. Dadle el "derecho a hablaros" durante estos días. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor
misericordioso. Presentad vuestras alegrías y vuestras penas a Cristo, dejando
que él ilumine con su luz vuestra mente y toque con su gracia vuestro corazón". Por tanto, muchachos; déjense fascinar por quien en verdad da sentido a toda existencia
humana, porque es la Palabra creadora, que todo lo hace totalmente nuevo, no se
limita a simples maquillajes, porque Él es novedad de vida por excelencia. No
tengan miedo ni pena en identificarse y presentarse ante el mundo como
creyentes en Jesucristo, que viven su fe en la Iglesia, su Cuerpo Místico.
Es que seguir al Joven por Excelencia, Jesucristo, es lo
mejor y más sensato, porque es el Camino, la Verdad y la Vida. Es la única Luz
que ha iluminado la historia de la humanidad, respondiendo a todos los
interrogantes del ser humano, en todos los órdenes, es Dios hecho Hombre que
nos comprende a cabalidad y está en todo momento atento para tendernos la mano
en nuestras dificultades, y fortalecernos, y ser así portadores y constructores
de esperanza.
Déjense impactar por la sabiduría del Señor, para que puedan
responder en todo momento con la certeza requerida y no caer ingenuamente en
propuestas facilistas y superficiales que conducen a su propia destrucción. El ser humano sabio,
es el que se nutre de la fuente de toda sabiduría y comparte con los demás, el
peregrinaje de la vida construyendo fraternidad, humanizando la realidad,
llenando el ambiente de todo lo que responde a nuestra realidad, como seres
humanos redimidos por la sangre de Cristo. De esta forma estarán potenciando, la
aspiración de felicidad que experimentan legítimamente en sus corazones, esa
felicidad que no está fuera, ya en los bienes materiales o distracciones
destructivas, sino en el corazón donde habita el Espíritu del Señor.
Por ello jóvenes, es el momento de "ponerse en camino", de
ninguna manera pueden quedarse estancados en las propuestas de este mundo, que
quiere hacer de ustedes destinatarios de un mercado esclavizante y destructivo
de vidas. El Joven Carpintero de Nazareth les llama a dejarse fascinar por una
vida con auténtico sentido, a ser constructores de una realidad permanente de
paz, gozo, solidaridad respeto a todos, teniendo metas muy altas de
realización, es decir buscando siempre lo mejor para ustedes y los demás.
Igualmente, la Joven de Nazareth, es ejemplo de cómo
responder con premura al llamado de Dios, bien lo expresa la cita bíblica que
ilumina la próxima Jornada Mundial de la Juventud, "María se levantó y partió
sin demora". (Lc 1, 39). Afirma el Santo Padre en su mensaje, "María
es modelo de los jóvenes en movimiento orientados hacia Dios y hacia los demás,
especialmente los más necesitados. ¿Cómo reacciono ante las necesidades que veo
a mi alrededor? ¿Me intereso y me pongo a disposición?" "María es un ejemplo de
joven que no pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los
demás, sino que se mueve para buscar una conexión más genuina: el encuentro,
compartir, amor y servicio". "Los jóvenes son siempre la esperanza de una nueva
unidad para la humanidad fragmentada y dividida". Es por ello, que les hemos
invitado a tener muy presentes a los jóvenes vecinos de Nicaragua, para que no
pierdan la esperanza y continúen mirando a Jesús, el único que nos libera.
Es un hecho, hay que estar conectado, y con la mejor señal,
para no perder la abundancia de vida que procede solamente del Señor. Les
invito muchachos a estar siempre conectados, en la escucha de la Palabra, la
celebración de los sacramentos, la oración diaria, la disponibilidad de
servicio, esforzándose al máximo, compartiendo con los demás jóvenes que
caminan en el Señor, y siendo misioneros de los que no. Ustedes son el rostro
joven de nuestra Iglesia, y con todo derecho participan en nuestro caminar, por
ello desde ayer están aquí viviendo esta experiencia.
Por ello, el Papa Francisco con total claridad manifiesta: "Hacen
falta jóvenes realmente transgresores, no conformistas, que no sean esclavos
del móvil, sino que cambien el mundo como María, llevando Jesús a los demás,
cuidando a los demás, construyendo comunidades fraternas con los demás,
realizando sueños de paz". (Rezo del Ángelus en la Catedral de Asti, 20 de
noviembre de 2022)
Su presencia hoy aquí, en este Estadio que se ha convertido
un gran templo, donde respiramos alegría, fuerza y esperanza, nos anima a todos
a soñar como José. En ustedes vemos a todos los jóvenes de nuestro país, que en
su mayoría desean vivamente oportunidades de trabajo conforme con los
estándares de nuestra legislación laboral, pero no las encuentran. Qué triste
saber que la epidemia de asesinatos y la ola creciente de violencia en nuestro
país afecta antes que a nadie a los jóvenes. Mucho es lo que no funciona bien
en nuestra sociedad, como para que tantos jóvenes hoy se vean inclinados a la
violencia, al consumo de drogas y a la delincuencia. Los adultos debemos ser
conscientes, que ellos no son culpables del rumbo desacertado de nuestro país,
hemos de asumir la cuota de responsabilidad que nos corresponde.
No hay duda hermanos todos, que los dirigentes
del país en los poderes Ejecutivo y Legislativo no pueden volver la mirada a
otro lugar. Deben priorizar y acometer con claridad las decisiones de política
pública y de normativa jurídica para no solo sostener la inversión económica en
educación, según lo establecido por la Constitución Política, sino también,
conjuntamente con las organizaciones de educadores, poner todo el empeño para
que nuestra educación tenga la mejor calidad. El futuro de miles de jóvenes,
así como de Costa Rica, depende de este compromiso gubernamental y legislativo.
Y ustedes, jóvenes, aprovechen la oportunidad de estudiar y no dejen de recordar
esta obligación de los que hoy y mañana tengan la encomienda dada por el
pueblo, de conducir el país. El derecho a una excelente educación y
oportunidades para todos es inaplazable.
Queridos jóvenes, hermanos todos en el Señor, que nuestra
presencia hoy aquí al participar de esta Santa Eucaristía nos comprometa, anime
y fortalezca para continuar nuestro camino llenos de esperanza, con mucha entrega y fidelidad a ejemplo de
los jóvenes María y José, quienes amando profundamente a su Hijo, y convencidos
de su fe respondieron con valentía y gozo al llamado que les hizo Dios.
Así sea.