Arzobispo murió repentinamente de un ataque cardíaco
· Legado del prelado cartaginés
David Mora, periodista.
El 8 de junio de 1952, el II
arzobispo metropolitano de San José, Monseñor Víctor Sanabria, fallecía
repentinamente de un ataque cardiaco a los 53 años, generando conmoción en los
costarricenses, al punto que se declaró duelo nacional por su deceso. Llevaba
al momento de su muerte 14 años en el episcopado.
Monseñor Sanabria fue uno de
los grandes reformadores sociales en la década de 1940 que lograron la firma
del artículo sobre las Garantías Sociales en la Constitución Política de Costa
Rica, con el apoyo del movimiento sindical del país. Por ello, el 19 de diciembre
de 1959 fue declarado Benemérito de la Patria por la Asamblea Legislativa.
Aquel hombre de origen
cartaginés desde muy joven viajaba a San José a estudiar en el Colegio
Seminario, luego fue admitido en el Seminario Mayor para continuar sus estudios
en Filosofía y Teología, los cuales terminó antes de tener la edad para
ordenarse, por lo que fue enviado a Roma a estudiar Derecho Canónico. Sanabria
fue ordenado presbítero el 4 de octubre de 1921 en la capilla del Colegio Pío
Latinoamericano, y posteriormente se vio obligado a regresar a Costa Rica por
motivos de salud.
Algunos de los cargos que
ocupó el clérigo fueron el de capellán del Colegio Nuestra Señora de Sión,
profesor de Gramática en el Colegio Seminario, tesorero de la Curia
Metropolitana, canónigo teologal y vicario general de la Arquidiócesis de San
José. El Papa Pío XI lo nombró obispo de Alajuela en 1938, siendo ordenado el
25 de abril de aquel mismo año. En la entonces diócesis más grande del país,
Monseñor Sanabria convocó a un sínodo diocesano y visitó las 31 parroquias a su
cargo por dos años.
El 28 de abril de 1940,
Monseñor Sanabria se convierte en el arzobispo de San José, designado por el
Papa Pío XII, con motivo de la muerte de Monseñor Rafael Otón Castro. Sanabria
tuvo incansables logros en el ámbito social, religioso e histórico; entre ellos
el IV Sínodo Arquidiocesano, la creación de Radio Fides, la construcción del
Seminario Central, la Dedicación de la Catedral Metropolitana, estuvo en
movimientos sociales ante la dictadura de los Tinoco, la creación de la Caja
Costarricense de Seguro Social, la aprobación del Código de Trabajo, la derogación
de leyes liberales, la apertura de la Universidad de Costa Rica (UCR), medió
para que el Ejército de Liberación Nacional no tomara San José, protegió la
vida del presidente electo en ese entonces, Otilio Ulate, publicó libros de
historia, entre muchos otros.
El entonces arzobispo quiso
fortalecer la tarea social de la Iglesia Católica interna y externamente, por
ello nombró al Padre Benjamín Núñez en la Central Sindical "Rerum Novarum", al
Padre Carlos Humberto Rodríguez (posteriormente IV arzobispo de San José) en la
Liga Espiritual Católica y al Padre Vicente Salazar en la Juventud Obrera
Católica.
Un hecho histórico que se
recuerda de Monseñor Sanabria fue el que ocurrió el 20 de mayo 1950, día en que
la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles fue reencontrada después del robo
ocurrido una semana atrás. Cuando ocurrió este suceso el 13 de mayo, el prelado
se encontraba en Roma, por lo que volvió a Costa Rica urgentemente y fue quien constató
la veracidad de la imagen y dio la grata noticia de que la Patrona nacional ya
no estaba perdida. Incluso existe una icónica foto de él con "La Negrita" en
sus manos.
Los restos mortales de
Monseñor Sanabria actualmente se encuentran en la Capilla Divina Misericordia
en San Rafael de Oreamuno, en Cartago.