Papa recibió a la Fundación Centesimus Annus en su trigésimo aniversario
· Francisco habló de los retos que tiene la
Fundación
David Mora, periodista.
El Papa Francisco recibió este
lunes 5 de junio en la conferencia internacional "La memoria para construir el
futuro: pensar y actuar en términos de comunidad" en el Vaticano a los miembros
de la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice, quienes están celebrando 30
años de que fue iniciada. El Santo Padre brindó un discurso donde hizo
referencia a la advertencia de Jesús en el Evangelio de "no servir a dos
señores".
El obispo de Roma mencionó que
en 2014 habló a los Movimientos populares del 2014, allí les instaba a "luchar
contra las causas estructurales de la pobreza, de la desigualdad, de la falta
de trabajo, tierra y vivienda, y de la negación de los derechos sociales y
laborales", por lo que habló espontáneamente de este pasaje bíblico.
"Jesús nos dice que no se
puede servir a dos señores: o tú sirves a Dios, Señor, o tú sirves, yo esperaba
a que dijera al diablo...Y no dice a diablo, dice al dinero. O tú sirves a Dios,
o tú sirves al dinero. Peor que el diablo. Deberíamos entender lo que Jesús quiere
decir con esto, hay un mensaje: o sirves a Dios o si eres siervo del dinero, no
eres libre", indicó el líder de la Iglesia Católica.
Los "efectos destructivos del
imperio del dinero" fueron la principal consecuencia que el pontífice argentino
mencionó sobre poner en el centro de la vida al dinero, teniéndolo como fin y
no como un medio para realizar hacer el bien. Estas consecuencias son los
desplazamientos forzosos, migraciones, trata de seres humanos, droga, guerra y
violencia. Por ello, Francisco retó a los participantes a que construyan un
mundo donde "todos puedan encontrar su lugar" y les animó a ser "una comunidad
que sepa dar voz a los sin voz", pues "es lo que todos necesitamos".
En su discurso, el líder de la
Iglesia Católica citó sus encíclicas Laudato si y Fratelli tutti, así como la
exhortación Evangelii gaudium, como al expresidente del Tribunal
Constitucional, Paolo Grossi y al poeta milanés Giampero Neri, también fue relatando
parte de las tres décadas de trayectoria de la Fundación como los retos en los
que han trabajado. "Todo comenzó tras la encíclica de San Juan Pablo II escrita
en el centenario de la histórica Rerum novarum de León XIII. Y su compromiso se
ha situado precisamente en este camino, en esta "tradición". El compromiso, es
decir, estudiar y difundir la Doctrina social de la Iglesia, tratando de mostrar
que no es sólo teoría, sino que puede convertirse en un modo de vida virtuoso
con el que hacer crecer sociedades dignas del hombre", indicó el Santo Padre.
Con respecto a la economía,
eje central de la Centesium Annus, el obispo de Roma recordó Evangelii gaudium para
hablar del "peligro de vivir la economía de manera insana". Ya en 2013
Francisco había denunciado que "esta economía mata" mediante "un modelo
económico que produce descartes y favorece lo que se puede llamar la
globalización de la indiferencia". El Papa comentó que desde entonces, a lo
largo de estos 10 años de pontificado, esa realidad no ha tenido grandes
cambios, por lo que necesita un compromiso fuerte y persistente "que ponga a la
persona en el centro, que no menosprecie al trabajador y que busque crear el
bien para todos".
La Casa Común es otro punto de
los que el pontífice latinoamericano quiso tratar en su intervención con los
asistentes, allí citó Laudato si, mencionando que esta encíclica "puso de
relieve los daños causados por el paradigma tecnocrático dominante y propuso la
lógica de la ecología integral donde "todo está conectado", "todo está
relacionado" y la cuestión medioambiental es inseparable de la cuestión social".
"El cuidado del medio ambiente
y la atención a los pobres van de la mano. Al fin y al cabo, nadie se salva
solo y el redescubrimiento de la fraternidad y la a mistad social es decisivo
para no caer en un individualismo que hace perder la alegría de vivir. Y también hace perder la vida", manifestó el
Santo Padre.
Bergoglio también se quiso
referir al "gran jurista italiano, Paolo Grossi", quien falleció el año pasado,
y era expresidente del Tribunal Constitucional, donde recordó que él escribía
en Gramáticas del derecho que "la comunidad es siempre un rescate para el débil
y da voz incluso a quien no tiene voz en absoluto. Tal vez, para que la
comunidad se convierta realmente en un lugar donde el débil y quien no tiene
voz pueda sentirse acogido y escuchado, lo que se necesita de todos es ese
ejercicio que podríamos llamar "hacer espacio". Cada uno retira un poco de su "yo" y esto permite que el otro exista". Pero para realizar esto, Francisco indica
que hay una necesidad de que el fundamento comunitario sea la ética del don y
no del intercambio.
El Santo Padre también
mencionó al poeta milanés Giampero Neri, que también falleció hace poco tiempo,
y afirmaba: "Se dice de algunas personas que, cuando entran en una habitación,
la ocupan toda. Me imagino que, cuando se van, dejan un gran vacío. En cambio,
me inclino a pensar que son las personas humildes, silenciosas, que ocupan sólo
el espacio necesario, que se hacen amar, las que dejan un gran vacío".
En línea con los dos oradores,
Francisco concluyó su discurso exhortando a influir en un pensamiento que favorezca
que las comunidades donde se pueda caminar juntos por la senda de la paz crezcan.
Fuente: Vatican News.