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Iglesia

Un Vía Crucis de quince meses

Cáritas presente en Ucrania

· Empleados y voluntarios aumentaron desde el inicio de la invasión rusa

 

David Mora, periodista.


Desde hace 15 meses, Ucrania vive un eterno viacrucis con la invasión rusa ocurrida en febrero de 2022, dejando miles de personas fallecidas, heridas y viviendo las consecuencias del conflicto armado. Mas si no fuera por la ayuda y solidaridad de tantas organizaciones internacionales; entre ellas Cáritas, gobiernos y personas de buena voluntad, la situación humanitaria sería peor, aun cuando actualmente los ataques a ciudades no dejan de aumentar.

Las organizaciones Cáritas-Spes, perteneciente a la Iglesia Católica Romana, y Cáritas Ucrania, que pertenece a la Iglesia Católica Griega, han trabajo juntas desde el inicio de la invasión suministrando medicamentos y kits de alimentos, alojamiento temporal y comidas calientes, ayuda para la reconstrucción de viviendas y muchas otras acciones más incluyendo el apoyo psicoespiritual para intervenir en las heridas invisibles.

En estos 15 meses se han prestado más de 7,3 millones de servicios sociales, por ello, el sacerdote responsable de Identidad y Red de Cáritas Ucrania, Andriy Nahirniak, da la interpretación de las cifras explicando que el número de personas que requieren ayuda se refleja con las cifras de desplazados internos; ya que "antes de la guerra en Ucrania vivían unos 36 millones de personas, en mayo de 2022, dos meses después del estallido de la guerra, había más de 8 millones de desplazados internos. En diciembre pasado su número había descendido a unos 6 millones, ahora hay unos 5,3 millones. Un descenso que se debe a la voluntad de la gente de regresar a sus territorios, ahora liberados, y a sus hogares".

Nahirniak añadió que ese regreso no corresponde, pero involucra una disminución de las necesidades, "de hecho quizás incluso hayan aumentado, porque a las necesidades básicas se suma ahora la búsqueda de ayuda para reconstruir las viviendas destruidas".

El director ejecutivo de Cáritas-Spes Ucrania, el Padre Vyacheslav Hrynevych, comentó que el cuidado de la dimensión espiritual está inspirado en los valores fundamentales de Cáritas, pues "cuando ayudamos a las personas intentamos pasar algún tiempo con ellas, escucharlas y mostrarles nuestro cariño, para que puedan sentir que Dios se preocupa por ellas. Algunas personas piden unirse a nosotros, ayudar y convertirse en voluntarios. Así intentamos mostrar este rostro de la Iglesia cercano a la persona".

El clérigo habló también del cuidado de la interioridad, que está en el origen del proyecto, y que da la posibilidad de ofrecer vacaciones en el extranjero a niños que fueron afectado directamente por la guerra, sufriendo incluso la pérdida de los padres, por lo que "se trata de permitirles descansar un poco de las sirenas antiaéreas y del conflicto".

El Padre Nahirniak habla también de cómo los traumas personales que pasan las personas durante la guerra se reflejan a nivel social, por lo que hay una especial importancia en prevenir y buscar la superación de los conflictos dentro de la sociedad. Entre esos proyectos que tiene Cáritas ucrania está el objetivo de reforzar la cohesión social, brindando ayuda a las comunidades locales a resolver sus problemas internos, por un lado; pero también animando a prestar servicio sociales que intenten salvar almas por medio del programa de construcción de la paz, que está hecho para superar las tensiones en las comunidades generadas por tres situaciones críticas que han identificado los trabajadores de Cáritas: El idioma, el acceso a la ayuda humanitaria y el tema de las tradiciones y la cultura.

"Tenemos que ser conscientes de todos estos problemas para garantizar la coexistencia pacífica en nuestras comunidades, porque la coexistencia pacífica significa unidad y tenemos que construir la unidad en las aldeas y los pueblos. Así es como construimos la unidad de nuestro país, que también empieza por la familia", indicó el religioso, quien también se quiso referir a la consolidación de la paz, recordando que "no se trata sólo de nuestra actitud hacia los rusos, porque es un poco prematuro hablar de ello, hay que esperar el momento de la justicia. Se trata más bien, por ejemplo, de construir relaciones en una familia en la que el marido está en la guerra y la mujer en el extranjero. También aquí hay que cultivar la paz, para que la familia pueda reunirse, porque el marido, que vuelve del frente, a menudo con síndrome postraumático, necesita encontrar su lugar en una familia que ha quedado dividida por la guerra. Estos procesos son muy complejos y queremos ayudar a la gente porque la misión de Cáritas es curar las heridas y cicatrices que permanecerán durante algunas generaciones".

Desde que inició la invasión rusa, los proyectos de las dos organizaciones de Cáritas en Ucrania aumentaron y debido a esto se elevó el número de empleados y voluntarios. Al igual que los habitantes del país "martirizado", estos colaboradores viven las tragedias y dificultades causadas por la guerra y también necesitan atención y cuidados.

El Padre Nahirniak lamenta la muerte de varios empleados de Cáritas Mariúpol en el primer mes de la guerra, recuerda que "fue una tragedia para nosotros. La preocupación por los empleados y voluntarios llevó a Cáritas Ucrania a abrir un nuevo puesto, el de staffcare, es decir, una persona que ofrece asesoramiento psicológico, organiza reuniones y cursos de formación y programas de rehabilitación espiritual. Se trata de un elemento muy importante, porque si no tenemos staffcare, no podremos ayudar a las personas necesitadas".

El clérigo asegura que para ellos es muy difícil trabajar en medio de atentados y bombardeos, porque tienen que pensar en la propia seguridad, pero también son conscientes de que deben seguir laborando porque hay gente que espera y necesita de su ayuda. También enfatiza que para sus colaboradores lo que realizan es un servicio; no un trabajo, pues están disponibles y activos las 24 horas del día. Los momentos de acompañamiento entre los compañeros para hablar sobre el dolor que viven son muy importantes, donde pueden retomar fuerzas y dar esperanza y sentido a lo que están viviendo.

Todo este drama ha llevado al Padre Vyacheslav a tener una conclusión del panorama en el que ahora se encuentran. Sus palabras finales son las siguientes:

"Este es un verdadero Vía Crucis, que dura ya casi año y medio", donde "todos los días puedes caer y luego te vuelves a levantar...A veces sólo quieres caer bajo el peso de esta cruz y no levantarte nunca más, sólo quieres esconderte, porque te sientes realmente cansado. Y todos lo estamos. Pero entonces recuerdas que esta es tu primera línea, tu frente, el de a responsabilidad social, y te das cuenta de que sin ti un cierto número de personas no recibirán ayuda, que para un cierto número de personas el Señor no podrá actuar, porque somos un instrumento del Señor. Así que te levantas y sigues caminando. Y en ese caminar te encuentras con la Verónica, que te enjuga la cara, te encuentras con Simón de Cirene, que te ayuda a llevar la cruz. Y así la llevamos juntos. ¿Y qué pasará después? Esperamos que haya un momento de resurrección. De hecho, eso es lo que da la Iglesia: esperanza. La buena noticia es que, en realidad, hay mucha gente en todo el mundo que nos apoya y nos ayuda. Y cuando ves los ojos de los niños que vuelven de las vacaciones que hemos organizado en el extranjero, o los ojos de las personas que han recibido ayuda, es realmente un estímulo, y eso es lo que nos motiva a seguir sirviendo".


 

Fuente: Vatican News.