Año jubilar en honor al patrono de los agricultores finaliza este lunes
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Problemáticas que viven los agricultores
actualmente
David Mora, periodista.
Este lunes 15 de mayo, día de
San Isidro Labrador, en que finaliza el año jubilar dedicado a su memoria, el
arzobispo metropolitano de San José y presidente de la Pastoral Social Cáritas,
Monseñor José Rafael Quirós, saludó a todos los agricultores del país al
celebrar a su santo patrono, rescatando que gracias al trabajo que realizan todos
los días muchas personas tienen qué comer en sus mesas.
Muchas parroquias tienen al
santo agricultor como patrono, en el caso de la Arquidiócesis de San José son
las comunidades parroquiales de Vázquez de Coronado, San Isidro de Heredia, Barbacoas de Puriscal y La Gloria de Chires, Puriscal, quienes hoy están de fiesta. El prelado aseguró que se deben fortalecer con la
acción y fuerza del Espíritu Santo los valores de la santidad, paz, justicia
social y fraternidad, pues "al igual que los agricultores colocan la semilla en
el surco que recibe las primeras lluvias y que el calor del sol hace germinar, la
semilla del Evangelio sembrada en el corazón dé el fruto deseado".
Para Monseñor Quirós, la
espiritualidad que vivió San Isidro Labrador es muy similar a la que viven los
agricultores en la actualidad, ya que ellos confían en la providencia de Dios y
dependen específicamente de ella, también luchan por la unidad de la familia,
el respeto y humildad, el amor al trabajo honesto, dando todo de ellos mismos;
este estilo de vida marca la identidad del costarricense, por lo el arzobispo
llama a que esta actividad no se deseche por temas económicos, pues "la vida humana es más
que números, hay que mirar a la persona humana con todas sus implicaciones, y
saber leer el proyecto de Dios al crearnos, en el que nos quiere disfrutando de
la plenitud de vida que sólo Él nos puede dar".
"Desde esta perspectiva, es
que se considera urgente la articulación de los diversos actores, instituciones
públicas y privadas, desde un genuino diálogo nacional para lograr integrar planes,
proyectos y acciones comunes que faciliten procesos para el desarrollo integral
de nuestros campos y de todas las personas en nuestra sociedad. Cabe mencionar
temas como las ferias del agricultor, los mercados de mayoreo y otras formas de
comercialización de los productos agrícolas deben facilitar la justicia social
y no el empobrecimiento de los pequeños agricultores, además de posibilitar la
justa comercialización de los productos", manifestó el presidente de Cáritas.
Otros puntos que el Monseñor
Quirós considera que se deben atender son la intermediación comercial de los
productos agropecuarios, el costo de los insumos agrícolas, escasez de espacio
de áreas de cultivo, recurso hídrico, la erosión de suelos, riqueza de la
biodiversidad, la reactivación económica del área; diversas situaciones de los trabajadores
agrícolas, entre ellas el papel que desempeñan muchas mujeres en este campo, la
agricultura sustentable y sostenible, y la seguridad alimentaria.
El prelado también exhortó a
que se le dé la importancia al impulso de un desarrollo integral de los
territorios agrícolas y se le preste atención a la desigualdad de los
territorios; ya que temas como "temas como la agroindustria, las microempresas,
el emprendedurismo de las mujeres, la agricultura orgánica y otros, desde una
visión de desarrollo económico, cultural y social en nuestras comunidades
rurales podrían resolver en parte la realidad adversa por el desempleo, la
pobreza, y la falta de reactivación del agro costarricense".
La educación, la cobertura,
calidad de las escuelas multigrados y colegios rurales, y la proyección de los
colegios agropecuarios es otro punto fundamental por atender en la zona rural, manifestado
así por el arzobispo; ya que esto ayuda a hacer consciencia de la dignidad de
los agricultores, sus familias, el valor de las costumbres y tradiciones
culturales en cada comunidad, y así se busca el bien común. Por ello, el
prelado indicó que todo esto debe llamar la atención de los entes
gubernamentales.
Al finalizar, Monseñor Quirós
valoró la espiritualidad del santo agricultor, viéndolo como quien estimula la
santificación de los agricultores al entrar en contacto con la creación de Dios
y cultivar los valores cristianos como la confianza en Dios, la esperanza, la
perseverancia y la generosidad de compartir con la sociedad el fruto del
trabajo cotidiano.