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Iglesia

Congoja nacional en 1950

Se cumplen 73 años del robo y reaparición de la Virgen de Los Ángeles

·        "La Negrita" estuvo desaparecida ocho días

 

David Mora, periodista.


Hace 73 años, la mañana del sábado 13 de mayo de 1950, los costarricenses amanecieron acongojados con la noticia de que la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles había sido robada durante la noche del viernes 12.

Según se cuenta de aquel suceso, dos hombres ingresaron a la Basílica de Los Ángeles para sustraer las vestimentas de la Patrona de Costa Rica, cuando el guarda del Santuario, Manuel Solano, intentó frustrar el crimen, acto que pagó con su vida a manos de los perpetradores usando "el hierro homicida", como lo relatan los periódicos del momento.

Este suceso fue un hecho tan grave en la vida de los costarricenses de aquel entonces, que ahora 73 años después es un relato que sigue dando de qué hablar. El presidente de ese momento, Otilio Ulate, "interpretado los sentimientos de la gran mayoría del pueblo de Costa Rica y del Gobierno de la República cuya fe ha sido hondamente herida por el incalificable atropello cometido en la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de los Ángeles", decretó tres días de duelo nacional y el gobierno ofreció 50 mil colones como recompensa a quien devolviera la imagen. Aunque ahora se perciba diferente, esa suma de dinero era muy fuerte en la época, equivaldría a más de 30 de millones de colones en la actualidad.

En la revista mariana "La Voz del Santuario" del 1 de julio de 1950, se relata que el gobernador eclesiástico, Don Alfredo Hidalgo, en ausencia del II arzobispo metropolitano de San José, Monseñor Víctor Sanabria; que se encontraba en el Vaticano y se devolvió a Costa Rica al enterarse del sacrilegio, emitió un decreto de excomunión para quienes realizaron el crimen y retuvieran la imagen con sus joyas, el cual fue leído en todos los púlpitos, oratorios públicos y semipúblicos, además de fijarse en todas las puertas de las iglesias. 

"La Negrita" estuvo desaparecida por ocho días, dejando en el corazón de cada costarricense un sentimiento de angustia y expectativa sobre dónde podría estar. "Ocho días estuvo ausente de su trono y durante ese tiempo todos sus hijos llorábamos su ausencia, le buscábamos por todas partes, le pedíamos y le exigíamos que volviese a su trono. No hubo paz ni tranquilidad en esos trágicos días", se relata en la revista mariana.

El 20 de mayo de 1950 al ser las 5 y 45 de la tarde, la Patrona de Costa Rica fue hallada por Claudio Aguilar Salas, conocido como "Cabuyo", en el tornavoz del púlpito de la Basílica, mientras se disponía a limpiarlo; lo cual despertó la alegría de todo el país, las campanas del templo volvían a repicar anunciando que "la encontradiza", como la llamaba cariñosamente Monseñor Sanabria, había sido hallada de vuelta. Incluso periódicos nacionales anunciaron la noticia como la repetición del milagro de 1635 en la Puebla de los Pardos.

El arzobispo rápidamente se dirigió a la Basílica para constatar el hallazgo y la autenticidad de la imagen, donde a los pies del camarín emitió oficialmente un acta que registraba el acontecimiento. La noticia no se hizo esperar, ya que las multitudes de fieles inmediatamente se trasladaron al templo para poder contemplar a la Virgen, fue tanta la alegría que las calles estaban llenas de vehículos haciendo presa, hay registro de personas que venían de camino desde San Ramón de Alajuela hacia Cartago durante la gloriosa noche.

Los cartagineses tuvieron tanta alegría que llevaron a "Cabuyo" alzado entre la multitud por la ciudad, en algunas fotografías se puede apreciar que este llevaba en sus manos la imagen de "La Negrita", mientras a un lado suyo estaba el Padre José Gálvez, coadjutor de la Basílica.  

La reaparición de la Virgen de los Ángeles tuvo repercusiones en su resplandor; pues en el momento del robo fue desarmado y sus pertenecías se encontraron enterradas en el Cerro de Ochomogo el 8 de junio de 1950. Algunas se pudieron reincorporar, pero otras tuvieron que hacerlas completamente nuevas. Prueba de ello es que, en la "Pasada" de ese año, la imagen pasó por las calles cartaginesas sin resplandor.

En la Basílica de Los Ángeles se puede recordar este acontecimiento histórico, pues en una placa se constata que el hallazgo de la Patrona de Costa Rica fue en 1635, su declaración de patronazgo sobre el país en 1826, su coronación pontificia en 1926 y su reaparición en 1950.

 


 

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Fuentes: La Nación, La Voz del Santuario y Archivo Histórico Arquidiocesano Bernardo Augusto Thiel.