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Iglesia

Nuevos guardias suizos fueron juramentados

Prometieron proteger al Santo Padre y a sus sucesores

·         Aniversario del "saqueo de Roma"

 

David Mora, periodista.


El pasado 6 de mayo, 23 reclutas fueron juramentados como nuevos guardias suizos, quienes; en su idioma, dependiendo el cantón de procedencia, sobre la bandera del Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia y ante la presencia del representante del Papa Francisco, el sustituto para los Asuntos Generales la Secretaría de Estado, Monseñor Edgar Peña Parra, prometieron proteger al Pontífice reinante y a sus legítimos sucesores, aun arriesgando su vida.

La juramentación de los guardias se realizó en el Patio de San Dámaso, donde vistieron el uniforme de gala; que lleva una coraza, el cuello blanco, un casco plateado y el penacho rojo. Estuvo presente una delegación de la Confederación Suiza, encabezada por la vicepresidente, Viola Amherd, en compañía del presidente del Consejo Nacional, Martin Cardinas, la presidente del Consejo de los Estados, Briditte Häberli-Koller, el comandante de las Fuerzas Armadas Suizas, Tomas Süssli, y el obispo de Basilea y representante de la Conferencia Episcopal Suiza, Monseñor Feliz Gmür. La delegación del cantón anfitrión fue Argovia, la cual estuvo presidida por el Consejo de Estado y encabezada por el Landammann Jean-Pierre Gallati.

El capellán de la Guardia Suiza Pontificia, el Padre Kolumban Reichlin, dirigió unas palabras a los 23 nuevos integrantes del cuerpo de protección del líder de la Iglesia Católica, existente desde hace más de cinco siglos. El presbítero reconoció la "valentía y determinación" con que "hace meses se pusieron al servicio de la Guardia Suiza Pontificia para proteger al Santo Padre y su residencia, dispuestos a dar la vida si fuera necesario".

El motivo de realizar la ceremonia el 6 de mayo, es porque los guardias celebran su fiesta en el aniversario del "saqueo de Roma", donde en esa fecha, pero del año 1527, 189 guardias suizos defendieron al Papa Clemente VII contra el ejército de Carlos V, cayendo en batalla 147 soldados y sobreviviendo sólo 42 a la matanza de los soldados lansquenetes. "En este día recordamos a los 147 guardias suizos que dieron heroicamente su vida por el Papa Clemente VII el 6 de mayo de 1527 durante el "saqueo de Roma"", destacó el Padre Reichlin.

Los nuevos reclutas iniciaron sus labores bajo el siguiente juramento: "Juro servir fiel, leal y honorablemente al Sumo Pontífice Francisco y a sus legítimos sucesores, así como dedicarme a ellos con todas mis fuerzas, sacrificando si fuera necesario incluso mi vida por su defensa. Asumo igualmente estos compromisos con respecto al Colegio Cardenalicio mientras dure la Sede vacante y a mis demás superiores respeto, fidelidad y obediencia. Lo juro. Que Dios y nuestros santos patronos me asistan".

Antes de que realizara la juramentación, el comandante Süssli brindó un agradecimiento a los padres y hermanos de los nuevos guardias, mostrándolos como "las personas de referencia más importantes, y su apoyo, también a través de la oración, es esencial, ya que no pocos de estos guardias transcurren, por primera vez, un periodo prolongado en un país extranjero". El comandante también le agradeció al Papa y los integrantes de la Secretaría de Estado, pues "en los 517 años de nuestro servicio siempre nos han demostrado un apoyo benévolo".

Por su parte, Süssli les recordó a los nuevos soldados que tienen el deber de ser conscientes que son la tarjeta de visita del Santo Padre y del Vaticano, como también un cartel publicitario muy visto de Suiza, por lo que "el uso del uniforme y su aspecto correcto caracterizan la imagen pública de nuestro cuerpo. Además, el uniforme debe transmitir un sentido de protección, competencia, respeto y autoridad, pero también exige que cada uno se identifique personalmente con el servicio, la lealtad, la fidelidad y la fiabilidad".

También reflexionó sobre que el uniforme no hace al guardia, por lo que deben llenarlo con su personalidad, no dejar de ser ellos mismos por un atuendo, pues este es una expresión del servicio que prestan. Al finalizar les deseó lo mejor en lo que venga para ellos.

 


Fuente: Vatican News.