Esta es su Visita Apostólica # 41
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Actividades realizadas por el Santo Padre
David Mora, periodista
Este viernes 28 de abril, el
Papa Francisco inició su Visita Apostólica # 41, llegando a Hungría por segunda
vez, pues ya había estado ahí en 2021 con ocasión del Congreso Eucarístico
Internacional. Bajo el lema "Cristo es nuestro futuro", el Santo Padre permanecerá
tres días en el corazón de Europa Centro Oriental.
El avión que trasportaba al
obispo de Roma llegó al aeropuerto de Budapest a las 9:53 (hora local). Los
fieles aplaudieron cuando vieron a Francisco bajar por la parte trasera de la
aeronave caminando, donde lo estaban esperando el viceministro junto a autoridades
civiles y religiosas.
El Papa fue recibido por dos
niños, quienes le dieron la bienvenida vestidos con trajes típicos y le
entregaron un pan hecho en la sede de la Conferencia Episcopal húngara, como "símbolo
de vida, bendición y buena suerte", que inmediatamente probó. Este gesto en
Europa Central es una costumbre cuando el Papa los visita, en la llegada del
Pontífice latinoamericano a Eslovaquia también había ocurrido.
El Santo Padre dio su primer
discurso en el antiguo Monasterio Carmelita ante los representantes de la
sociedad civil y el cuerpo diplomático, la presidente de la República, Katalin
Novák, brindó unas palabras de acogida a Francisco, quien habló de los orígenes
de la capital húngara, la cual nació en "tiempo de paz, ha conocido conflictos
dolorosos; no sólo invasiones de tiempos lejanos sino, en el siglo pasado,
violencia y opresión provocadas por las dictaduras nacista y comunista". "¿Cómo
olvidar el año 1956? Y, durante la segunda guerra mundial, la deportación de
cientos de miles de habitantes, con el resto de la población de origen judío
encerrada en el gueto y sometida a numerosas atrocidades", manifestó el Sucesor
de San Pedro.
Francisco también mencionó que
este año es el 150° aniversario de la fundación de Budapest, cuando se unieron
las ciudades de Buda, Óbuda y Pest. Por otro lado, resaltó que Hungría es una
tierra de paz, que lastimosamente se ha visto manchada por la disolución de los
ánimos de construir una comunidad de naciones pacífica y estable, donde se exaltan
los nacionalismos y se empiezan a emitir juicios hacia los demás.
El Pontífice argentino habló
de cómo "La paz nunca vendrá de la persecución de los propios intereses
estratégicos, sino más bien de políticas capaces de mirar al conjunto, al
desarrollo de todos; atentas a las personas, a los pobres y al mañana; no sólo
al poder, a las ganancias y a las oportunidades del presente...Pienso, por tanto,
en una Europa que no sea rehén de las partes, volviéndose presa populismos
autorreferenciales, pero que tampoco se transforme en una realidad fluida, o
gaseosa, en una especie de supranacionalismo abstracto, que no tiene en cuenta
la vida de los pueblos. Este es el camino nefasto de las "colonizaciones
ideológicas", que eliminan las diferencias".
Por otro lado, el Santo Padre
se trasladó a la Concatedral de San Esteban de Budapest, donde se reunió con
obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral,
allí les exhortó a recordar que "la primera pastoral es el testimonio de
comunión, porque Dios es comunión y está presente ahí donde hay caridad
fraterna", por lo que hay un deber de superar las divisiones humanas para "trabajar
juntos en la viña del Señor".
En este encuentro, Francisco
alertó a los consagrados de las tentaciones que se viven en la Iglesia; una
lectura catastrofista de la historia presente y la lectura ingenua de la propia
época, donde las personas se vuelven conformistas y se hace creer que todo está
bien, que el mundo cambia y son los creyentes quienes deben adaptarse a los que
se les proponga; por lo que como respuesta a estos riesgos se debe aprender a
reconocer los signos de la presencia de Dios en la realidad que se vive, donde
se manifiesta la actitud de encuentro que Dios tiene con los seres humanos.
"Vemos que también en este
país, donde la tradición de fe permanece firmemente arraigada, presenciamos la
difusión del secularismo y de cuanto lo acompaña, que a menudo amenaza la
integridad y la belleza de la familia, expone a los jóvenes a modelos de vida
marcados por el materialismo y el hedonismo, y polariza el debate sobre las
nuevas cuestiones y los nuevos desafíos. Y entonces la tentación puede ser la
de volverse rígidos, encerrarse y adoptar una actitud de "combatientes". Pero
tales realidades pueden representar oportunidades para nosotros los cristianos,
porque estimulan la fe y la profundización de algunos temas; nos invitan a
preguntarnos cómo estos desafíos pueden entrar en diálogo con el Evangelio, a buscar
nuevos caminos, instrumentos y lenguajes", indicó el Obispo de Roma.
Este sábado, el líder de la
Iglesia Católica tendrá un encuentro con los pobres y refugiados, en la tarde
se encontrará con los jóvenes y el domingo 30 celebrará la Santa Eucaristía del
Cuarto Domingo de Pascua, estará presente en el Regina Coeli de la mañana, y más
tarde se dirigirá al mundo universitario y cultural antes de regresar a Roma.
Hungría es un país de casi 10
mil habitantes, tiene un 61% de población católica, está situada en el corazón
de Europa oriental, no tiene salidas al mar, Budapest, llamada la Perla del
Danubio por el río que divide la ciudad, es su capital; limita con Eslovenia,
Croacia, Serbia, Rumania y Ucrania.
Fuente: Vatican News.