Papa Francisco recibió a la Pontificia Comisión Bíblica
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Perspectivas del sufrimiento en el Antiguo
y Nuevo Testamento
David Mora, periodista.
La Pontificia Comisión Bíblica
fue recibida este jueves 20 de abril por el Papa Francisco al finalizar la Asamblea
Plenaria anual, que este año trató el tema del sufrimiento y la enfermedad en
la Biblia. Lo que para el Santo Padre es un tema en el todos estamos
involucrados, creyentes y no creyentes.
El obispo de Roma se refirió
al dolor como una experiencia atemorizante, que humanamente puede darle temor a
cualquier persona, y los creyentes no están exentos a una situación así, más
bien existe la posibilidad de que la conmoción les haga llegar al riesgo de
perder la fe. También subrayó que se tiene la visión de la enfermedad y la
finitud son vistas como pérdida y como algo que debe ser siempre minimizado y
anulado a como dé lugar, esto muchas veces por el temor a las implicaciones
morales y existenciales que conllevan plantear la cuestión del significado de
ese sufrimiento.
"Incluso el creyente puede a
veces vacilar ante la experiencia del dolor. Es una realidad que atemoriza y
que, cuando irrumpe y asalta, puede dejar al hombre descolocado, hasta el punto
de hacer tambalear la fe. La persona se encuentra entonces en una encrucijada:
puede dejar que el sufrimiento le lleve a encerrarse en sí misma, hasta la
desesperación y la rebelión; o pueden acogerlo como una oportunidad de
crecimiento y discernimiento sobre lo que realmente importa en la vida, hasta
el encuentro con Dios", indicó el líder de la Iglesia Católica.
Las diferencias entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento con el abordaje del tema del sufrimiento fue
parte de lo expuesto por el Papa, especificando que en las más longevas historias
relatadas en las Sagradas Escrituras hay una entrega y confianza total en Dios,
a quien se le reza suplicantes; mientras que en el Nuevo Testamento Jesucristo
revela el amor, misericordia, perdón y búsqueda del ser humano por parte de
Dios Padre, por lo que "no es casualidad que la actividad pública de Cristo
esté marcada en gran parte por el contacto con los enfermos", ya que "las
curaciones milagrosas son uno de los rasgos principales de su ministerio".
"Precisamente su compasión por
ellos y las numerosas curaciones que realiza se presentan como el signo de que "Dios
ha visitado a su pueblo" y de que el Reino de los cielos está cerca: revelan su
identidad divina, su misión mesiánica y su amor por los débiles hasta el punto
de identificarse con ellos, cuando dice: "Estuve enfermo y me visitaste"", es
parte de la definición que hace Francisco de Jesús que se une al que sufre,
floreciendo en el signo de la Cruz, donde "la solidaridad de Dios con nosotros
y, al mismo tiempo, la posibilidad para nosotros de unirnos con Él en la obra
de la salvación".
La Biblia no ofrece respuestas
imposibles de comprender sobre los cuestionamientos que se generen de la
enfermedad y la muerte, tampoco habla de panoramas catastróficos o de juicios carentes
de absolución ante los que el hombre no entiende. El Papa explica que el hombre
bíblico está llamado a enfrentar el dolor como un lugar de encuentro con Dios
en su cercanía, que se encarga de sus criaturas heridas para curarlas, resucitarlas
y salvarlas, ya que, por medio de Jesús, todo dolor se convierte en amor y la
muerte es esperanza de resurrección y salvación.
El Papa habló que el sufrimiento
habla de la posibilidad de una persona para ama y dejarse ser amado, también de
la capacidad de darle un sentido a los hechos de la existencia, a la luz de la
caridad y de la disponibilidad de acoger el límite como una oportunidad de crecer
y redimirse. Francisco recordó el sufrimiento de su predecesor San Juan Pablo
II, quien "encontró el camino para abrirse a un amor más grande".
Finalmente, el Sucesor de San
Pedro resaltó que la enfermedad enseña a vivir la vida solidaria y cristianamente,
conforme al estilo cercano, compasivo y tierno de Dios.
Fuente: Vatican News.