Papa tuvo audiencia con los Oblatos Diocesanos de Milán
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La alegría de ser hermanos
David Mora, periodista
El Papa Francisco recibió este
viernes 14 de abril a los Hermanos Oblatos de Milán, Italia, en el Palacio
Apostólico del Vaticano, donde les entregó un texto al final de sus saludos,
que habla sobre la ofrenda de sí mismos en el servicio silencioso.
El Santo Padre manifestó su
alegría por poder recibir a estos consagrados milaneses, cuya congregación remonta
sus orógenes a San Carlos Borromeo cuando instituyó colaboradores laicos en la
ayuda a los presbíteros en su ministerio pastoral.
Los frutos vocacionales fue un
tema fundamental en el discurso del obispo de Roma, quien comentó que "son
preciosas las ocasiones en las que puedo encontrarme con hermanos consagrados:
es un testimonio del valor de esta presencia en la Iglesia, que merece ser
redescubierta. Por eso les doy las gracias y los animo, porque son un signo, pequeño
pero importante, diría indispensable, en el mosaico de las vocaciones en la
Iglesia".
Por otro lado, el líder de la
Iglesia Católica reflexionó sobre la fraternidad con los Hermanos diocesanos, a
quienes les recordó que, según el Evangelio, son un signo de fraternidad y los son
por ser "hermanos", ya que la fraternidad se construye concretamente en la
vida. "Una forma estable, que cada uno de ustedes vive naturalmente de manera
diferente, con su propia personalidad y sus propios dones y también sus propias
limitaciones; pero la característica común y cualificadora es esta fraternidad.
Y pienso -y espero- que esto sea para ustedes motivo de alegría interior,
porque es su modo de asemejarse a Jesús, que vivió esta dimensión de ser
hermano de todo hombre, hermano universal. Es un aspecto propio del misterio de
la Encarnación. Esto es lo primero que les deseo: La alegría de ser hermanos",
manifestó el Santo Padre.
El Papa también destacó la
oblación, la cual para él es el don de sí en el servicio y en la alegría de
servir, tomó el ejemplo de Jesús que se vuelve un servidor humilde, incluso
humillante, y no un servidor que es aplaudido por las masas y que aparece en
los titulares, recordó que ese es el camino de los cristianos. Pero en específico
a estos religiosos les hizo ver que esto ellos lo tienen por carisma, por lo
que es el Espíritu Santo quien les da la alegría interior en medio del
servicio. "La Madre Teresa hablaba a menudo de ella: La alegría de servir.
Cuando María fue a ayudar a Isabel, no había fotógrafos esperándola, ni
periodistas. Nadie lo sabía. Y ahí está la alegría: ¡Que sólo el Señor lo sabe!
La bienaventuranza es servir", comentó.
Por último, el pontífice les
hizo subrayó que el hecho de que estos religiosos sean diocesanos, los dimensiona
directamente con el misterio de la Encarnación, pues son parte de una tierra,
de un pueblo, de una diócesis. Francisco finalizó diciendo que el servicio
diocesano es una escuela de fidelidad.
Fuente: Vatican News.